Una pesquisa de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) destapó una operación transnacional de contrabando de mercurio desde minas artesanales en Querétaro hacia la minería ilegal de oro en Perú, Bolivia y Colombia.
El estudio documenta que el metal es ocultado entre grava y piedras para evadir los controles aduaneros, y señala como actor clave al Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Demanda creciente por el auge del oro
Los precios récord del oro han disparado la demanda de mercurio, utilizado en la minería artesanal para separar el oro de otros materiales.
Este incremento ha impulsado la deforestación en la Amazonía y encarecido el metal, que en México se ofrece hasta en 330 dólares por kilo y en la región amazónica puede venderse a un precio 400 % mayor.
Una red casi indetectable
El informe “Traficantes no dejan piedra sin levantar” describe cómo el mercurio es mezclado con piedras machacadas y declarado como material de construcción para su exportación.
Testimonios recogidos por EIA señalan que este método permite sortear incluso revisiones con rayos X.
En abril pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente inmovilizó un cargamento de cinco toneladas de mercurio líquido camuflado en botes de pintura con destino a Bolivia.
Minería en zona protegida bajo control criminal
Las 19 minas artesanales identificadas en Querétaro operan dentro de la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda, reconocida por la UNESCO.
De acuerdo con la investigación, la mayoría están bajo el control del Cártel de Jalisco Nueva Generación, que ha elevado su producción a niveles cercanos a los de una operación industrial.
En Colombia, el mercurio abastece a grupos armados como las Autodefensas Gaitanistas y el Ejército de Liberación Nacional.
Operativos y decomisos históricos
Entre 2019 y 2025, EIA identificó 50 cargamentos sospechosos exportados desde México, con 37 dirigidos a Perú, 10 a Colombia y tres a Bolivia.
La colaboración con la Superintendencia Nacional de Aduanas de Perú permitió incautar este año cuatro toneladas de mercurio ocultas en 20 toneladas de piedra.
Las mediciones detectaron concentraciones de vapor de mercurio miles de veces superiores a lo normal, con riesgo para la salud de quienes manipulan el material.

Vacíos en el Convenio de Minamata
El tratado internacional prohíbe nuevas minas, pero permite que las existentes operen hasta por 15 años más.
México, firmante del acuerdo, reporta producción cero desde 2019, aunque EIA documenta extracción a gran escala en Querétaro.
La organización plantea eliminar la minería artesanal como uso permitido del mercurio, prohibir su comercio internacional y reducir drásticamente el plazo para el cierre de minas primarias.
Fuente: Mongabay
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