La inversión hospitalaria en Ecuador ha mostrado avances significativos en los últimos años, tanto en el sector público como privado. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en 2020 el país contaba con 4.136 establecimientos de salud, de los cuales el 80% pertenecían al sector público, un 15% al sector privado con fines de lucro y el 5% al sector privado sin fines de lucro. La distribución por provincias destaca a Guayas, Pichincha y Manabí como las más dotadas en infraestructura sanitaria.
Disponibilidad de camas hospitalarias: una brecha por cerrar
En 2023, Ecuador alcanzó una tasa de 1.3 camas hospitalarias por cada 100.000 habitantes, una cifra por debajo del promedio regional de 1.9 y global de 2.7. Este índice refleja uno de los principales retos del sistema de salud: garantizar una adecuada cobertura para una población creciente. El sector público disponía de 14.080 camas, mientras que el privado contaba con 9.565, demostrando una capacidad insuficiente frente a la demanda.
Proyectos en el sector público
El gobierno ha priorizado la construcción y ampliación de hospitales. Entre 2023 y 2024, se inauguraron importantes obras como el Hospital Básico Francisco Vásquez Balda en Pedernales, con 40 camas, y el Hospital General Rodríguez Zambrano en Manta, con 225 camas. Asimismo, se confirmó la construcción del Hospital Quinindé “Padre Alberto Buffoni”, con una inversión de $45 millones, y la repotenciación del Hospital de Alausí con $31.2 millones.
Crecimiento del sector privado
El sector privado también ha incrementado su inversión. En Quito, el grupo Conclina desarrolla un nuevo complejo hospitalario en Cumbayá, y en Guayaquil se construye el MilleniumMed Hospital, un proyecto de cinco torres que incluye un centro oncológico de alta tecnología. Además, METROSUR avanza en Latacunga con su hospital privado, y SIME amplía servicios especializados en varias ciudades.
Perspectivas y retos
Aunque la inversión total en infraestructura hospitalaria para 2024 supera los $700 millones, persisten retos significativos. Un área crítica es la falta de recursos destinados al primer nivel de atención, fundamental para la prevención y promoción de la salud. La sostenibilidad y equidad en la distribución de recursos deben ser objetivos prioritarios para garantizar un acceso adecuado a los servicios sanitarios.
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