Ecuador se ha consolidado como líder en finanzas azules, destacando a nivel global por sus innovadoras políticas públicas y el involucramiento del sector privado. Este liderazgo es resultado de la conversión histórica de deuda por naturaleza y de la emisión de bonos azules, los cuales buscan financiar proyectos sostenibles relacionados con el agua y la biodiversidad. El país no solo ha dado pasos significativos a nivel local, sino que también ha creado un precedente para la región de América Latina y El Caribe.
Ecuador: Un modelo en conversión de deuda por naturaleza
Una de las acciones más destacadas de Ecuador en finanzas azules fue la conversión de deuda por naturaleza más grande en la historia de un país. En mayo de 2023, Ecuador logró ahorrar USD 1.100 millones de su deuda pública, comprometiendo USD 4.450 millones para la protección de las Islas Galápagos. Este mecanismo permitió no solo aliviar la carga fiscal, sino también destinar recursos para la conservación de ecosistemas marinos, un área clave para el país debido a su vasto territorio costero.

Además, este tipo de operaciones ha sido parte de un proceso continuo de financiamiento sostenible. En diciembre de 2023, Ecuador realizó otro canje de deuda por USD 1.527 millones, destinando los fondos a un proyecto clave en la Amazonía, conocido como el Fondo Biocorredor Amazónico.
El papel de los bonos azules en la sostenibilidad
Finanzas azules también se refleja en la adopción de bonos azules en el sistema bancario de Ecuador. Estos instrumentos financieros permiten la financiación de proyectos que protejan el agua y promuevan el uso responsable de los recursos marinos. En 2022, el Banco Internacional fue pionero al emitir USD 79 millones en bonos azules, seguido por otros bancos como el Banco Bolivariano y Banco del Austro, que también han adoptado este modelo de financiamiento.
El impacto de estos bonos es profundo, ya que contribuyen a iniciativas que van desde el tratamiento de aguas residuales hasta la restauración de ecosistemas marinos. Además, impulsan un enfoque más sostenible en el sector acuícola, clave para la economía ecuatoriana.
Desafíos y controversias en el camino hacia la sostenibilidad
Si bien Ecuador ha dado pasos importantes, no han estado exentos de controversias. Los canjes de deuda por naturaleza son objeto de debate debido a las críticas sobre el escaso impacto de estas operaciones sobre la deuda total y los elevados costos de transacción. Es necesario evaluar cuidadosamente los resultados de estas operaciones antes de expandir su uso en el futuro. Además, se ha señalado la falta de involucramiento comunitario en algunos de estos procesos.
Sin embargo, el país sigue siendo un referente para otras naciones en desarrollo, mostrando cómo es posible conectar los intereses de la financiarización de la biodiversidad con el desarrollo económico y social.
El futuro de las finanzas azules en Ecuador y la región
El futuro de las finanzas azules en Ecuador dependerá de la capacidad del país para movilizar los recursos obtenidos, así como de garantizar la transparencia y la correcta implementación de los proyectos. Además, el sector privado juega un papel clave en esta transición, ofreciendo productos financieros innovadores que ayuden a financiar proyectos sostenibles y contribuyan al desarrollo de una economía circular.
En este contexto, el sector acuícola, que representa un porcentaje significativo del Producto Interno Bruto (PIB) del país, se perfila como un aliado estratégico en la implementación de estas soluciones financieras. De este modo, Ecuador sigue demostrando cómo las finanzas sostenibles pueden ser una palanca para mejorar la resiliencia de los ecosistemas y fomentar el desarrollo económico.
Conclusión: La importancia de una economía responsable con los recursos naturales
En el marco del Día Mundial del Agua, celebrado el 22 de marzo, Ecuador nos recuerda la importancia de promover una economía más responsable con los recursos naturales. Las finanzas azules se presentan como una herramienta clave para impulsar el desarrollo sostenible y, al mismo tiempo, abordar desafíos globales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Este modelo ofrece un ejemplo claro de cómo los esfuerzos públicos y privados pueden alinearse para enfrentar retos comunes, logrando un equilibrio entre el crecimiento económico y la conservación del medio ambiente. Sin duda, Ecuador está marcando un camino a seguir para otras naciones en el ámbito de las finanzas sostenibles.
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