El sismo generó advertencias en todo el Pacífico, desde Hawai hasta las Galápagos, movilizando a autoridades y comunidades en varios continentes
Un terremoto de magnitud 8.8 sacudió la madrugada del miércoles 30 de julio (hora local en Rusia) las costas de la península de Kamchatka, al este del país, generando una reacción en cadena de alertas y advertencias por tsunami en el océano Pacífico. Ecuador, Japón, Estados Unidos, Canadá, México y otras naciones activaron protocolos de emergencia para prevenir posibles impactos en sus zonas costeras.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), se trató de un sismo “significativo y absolutamente notable”. Su profundidad y ubicación frente al mar lo convirtieron rápidamente en un riesgo potencial de tsunami, según el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis en Alaska.
¿Qué es un tsunami y cómo se propaga?
Los tsunamis son olas generadas generalmente por terremotos submarinos, que elevan o bajan el fondo oceánico de forma abrupta. Esta alteración desplaza grandes volúmenes de agua, generando olas que pueden viajar a la velocidad de un avión comercial (cientos de kilómetros por hora) en aguas profundas. Sin embargo, al acercarse a la costa, la velocidad disminuye y la altura de las olas puede aumentar peligrosamente.
Contrario a la creencia popular, los tsunamis no son solo una gran ola, sino una serie de olas que pueden durar horas o incluso más de un día, afectando repetidamente las zonas costeras.
Reacción en cadena: Ecuador, Estados Unidos y Asia en máxima alerta
En Ecuador, especialmente en las Islas Galápagos, las autoridades activaron una alerta preventiva de tsunami tras recibir los primeros reportes del Inocar. Se suspendieron las actividades marítimas, se evacuaron zonas costeras y se desplegó el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos. Se estima que las olas podrían impactar el archipiélago entre las 09:48 y 10:11 (hora insular) del miércoles 30 de julio, con alturas aproximadas de 1.4 metros.
En Estados Unidos, se emitieron advertencias desde Alaska hasta California, incluyendo Hawai, donde las autoridades activaron sirenas, enviaron alertas a celulares y pidieron a la población moverse a terrenos elevados. Las comunidades de Adak, Amchitka, Crescent City y Oregon estuvieron entre las primeras en reportar pequeños aumentos del nivel del mar, aunque con olas potencialmente peligrosas por la fuerza de sus corrientes.
En Japón, la Agencia Meteorológica confirmó olas de hasta 50 centímetros en algunas zonas, incluyendo Ishinomaki y Chiba, mientras que en Canadá y México también se mantuvieron bajo advertencia. La Marina mexicana estimó olas de hasta un metro de altura.
¿Qué hacer ante una alerta de tsunami?
Las autoridades internacionales coinciden en las siguientes recomendaciones:
- Dirigirse a zonas altas o alejadas del mar
- Evitar ríos, puertos, playas y zonas de marea
- No regresar hasta que la alerta sea oficialmente levantada
- Tener preparada una mochila de emergencia con documentos, agua, comida y linterna
- Estar atentos únicamente a fuentes oficiales (radio, redes sociales gubernamentales)
¿Qué efectos se han visto hasta ahora?
Hasta el momento, los reportes indican oleajes menores en varios puntos, pero las alertas se mantienen activas debido a la posibilidad de que nuevas olas lleguen en las siguientes horas. “Este no es un tsunami importante, pero las corrientes pueden ser letales”, advirtió el Departamento de Manejo de Emergencias de Oregon.
Además, Crescent City en California activó sus sirenas tras la posibilidad de recibir olas de hasta 1,7 metros. En Colombia Británica (Canadá) y la costa oeste de México, las autoridades también vigilan estrechamente los cambios en el nivel del mar.
Un evento sísmico con impacto planetario
El terremoto en Rusia ha puesto a prueba los sistemas de alerta de tsunamis de varios continentes simultáneamente. Países como Ecuador han demostrado capacidad de respuesta rápida al activar medidas preventivas en zonas vulnerables como Galápagos. Sin embargo, el fenómeno recuerda lo impredecible y poderoso que puede ser el planeta, y la importancia de mantener sistemas de monitoreo y evacuación efectivos para salvaguardar vidas humanas en cualquier punto del mundo.
Fuente: Los Angeles Times en español
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