En medio de una escalofriante crisis, la tasa de homicidios de menores en Ecuador ha aumentado desmedidamente en cuatro años, según UNICEF.
La situación en Ecuador se torna crítica, revela UNICEF, al registrar un aumento del 640% en la tasa de homicidios de niños, niñas y adolescentes en los últimos cuatro años. Esta escalada, considerada «alarmante», encuentra su raíz en la violencia armada que azota el país suramericano.
La oficina para América Latina y el Caribe de UNICEF basa sus conclusiones en las estimaciones más recientes del Ministerio del Interior de Ecuador. Estas indican un espeluznante total de «al menos 770 homicidios de menores» en 2023, marcando un drástico contraste con los 104 casos reportados en 2019.
«En los últimos meses, las muertes de niños, niñas y adolescentes han aumentado drásticamente debido a un incremento dramático del crimen en varias partes de Ecuador», dijo el director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Garry Conille.
La emergencia no solo se limita a los actos de violencia, sino que también se percibe en un perturbador «reclutamiento forzado de adolescentes por parte de grupos armados» en el país centroamericano, advierte UNICEF.
Además de homicidios, Ecuador atraviesa estado de excepción
Ecuador enfrenta una ola de violencia vinculada a grupos de crimen organizado y narcotráfico. Por lo que ésta situación llevó al presidente Daniel Noboa a decretar, la semana pasada, un estado de excepción. Además, esta respuesta gubernamental incluye la persecución de al menos 22 grupos de crimen organizado, identificados como «organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes».

La escalada de la violencia ha convertido a Ecuador en un escenario donde la protección de la infancia se ve amenazada. A su vez, el Gobierno responde con medidas extremas para contrarrestar el incremento de los homicidios y la creciente influencia de grupos armados en el reclutamiento de adolescentes.
En este contexto, la comunidad internacional observa con preocupación la crítica situación que enfrenta Ecuador. La seguridad de los menores, ya comprometida, se convierte en una prioridad inaplazable para contener la escalada de violencia que afecta a la nación sudamericana.
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