Gobiernos y Municipios se preparan para un simulacro de erupción

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Aunque Cotopaxi mantiene una actividad baja, múltiples reportes del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) y otras instituciones apuntan a que hay indicios internos que podrían sintetizarse en cambios mayores si no se les da seguimiento. Un simulacro de erupción es esencial para preparar a la población ante posibles riesgos volcánicos. Un temblor de magnitud 4,8 ocurrido el 16 de agosto de 2025, seguido por numerosas réplicas, subraya que el volcán sigue enviando señales de agitación en su interior. Este subraya la importancia de un simulacro en tales situaciones.

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simulacro de erupción

Monitoreo volcánico: lo que se observa

Actividad sísmica interna

  • Se han registrado sismos cercanos al volcán con réplicas de baja magnitud. Asimismo, el IG ha reportado que la actividad interna se considera baja, pero con tendencia ascendente, lo que refuerza la necesidad de un simulacro de erupción.
  • También hay señales de tremor de baja frecuencia asociadas a emisiones de gases y ceniza.

Actividad superficial

  • Emisiones de gases, vapores y ligeras nubes de ceniza han sido observadas, algunas veces con caída moderada de ceniza en zonas cercanas al refugio José Rivas y en parroquias como Mulaló. Estos eventos subrayan la importancia de realizar un simulacro de erupción.
  • Las columnas de gas o ceniza sobre el cráter alcanzan alturas variables, pero hasta ahora no se han registrado columnas gigantes que sugieran erupciones explosivas en gran escala.

Cambios estructurales y otros parámetros

  • Se ha observado leve deformación en algunas estaciones, aunque todavía dentro de “niveles de ruido atmosférico” en muchos casos. Esto también es una razón para considerar un simulacro sobre erupciones.
  • Hay emisión de gases como dióxido de azufre y dióxido de carbono, que indican aporte magmático aunque no necesariamente inminente erupción.

Riesgos derivados si aumentase la actividad

  • Lahares: Cotopaxi tiene glaciares en su cumbre. Si hay erupción o un aumento de calor interno, el derretimiento puede generar flujos de lodo peligrosos que descenderían por los ríos próximos.
  • Cenizas: caída en zonas pobladas cercanas, afectación de cultivos, infraestructura, agua, salud pública. Las corrientes de viento pueden llevar la ceniza lejos del volcán.
  • Impacto sobre población cercana: Quito, Latacunga, Pululagua, Sangolquí, entre otras, están dentro de áreas que podrían sufrir efectos indirectos (ceniza, contaminación del aire, interrupciones), destacando la necesidad de un simulacro de erupción.

Herrera temporal: ¿En qué situación está Cotopaxi ahora?

Cotopaxi se encuentra actualmente en un estado de actividad baja, tanto interna como superficial, con ciertas señales de alerta que obligan al monitoreo constante:

  • La actividad interna presenta una tendencia ascendente tras el sismo de agosto.
  • Sin embargo, hasta el momento no hay señales claras de que se vaya a producir una erupción inmediata.
  • Las medidas preventivas siguen activas: vigilancia sísmica, estudio de gases, monitoreo visual, estaciones que registran deformaciones, alertas tempranas. Un ejemplo claro, la preparación ante un simulacro es parte de estas medidas.

Importancia de la preparación

Instituciones y responsabilidad

  • El Instituto Geofísico tiene un rol esencial en la vigilancia, emisión de informes, medición de gases, detección de deformaciones, seguimiento de sismicidad, preparando para cualquier simulacro de erupción posible.
  • El Gobierno (nacional, provincial y local) debe coordinar acciones preventivas: alertas tempranas, planes de evacuación, definición de rutas seguras, zonas de refugio, difusión de información.

Concienciación social

  • Informar a la población de las comunidades en riesgo sobre qué hacer ante señales de alarma como un simulacro de erupción.
  • Realizar simulacros de evacuación, capacitación en escuelas, parroquias.
  • Fortalecer medios de comunicación que permitan alertas eficientes.

Infraestructura de mitigación

  • Señalización clara de rutas de escape.
  • Refugios adecuados, bien localizados.
  • Sistemas de monitoreo robustos, redundantes, con estaciones suficientes.
  • Recursos disponibles (personal, logística, equipos) ante una emergencia.

Cotopaxi hoy: un gigante dormido con signos leves, señales que exigen preparación. La realidad es que no hay certeza de cuándo ni cómo podría producirse una erupción significativa, pero los datos actuales muestran suficiente movimiento interno que obliga a no bajar la guardia. Prepararse es la mejor estrategia posible ante lo que podría convertirse en un escenario crítico. Ante esto, la realización de simulacros es crucial.

Fuente: Vistazo

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