La conexión entre sueño y digestión
Hace tiempo que los científicos vienen hablando del intestino como un “segundo cerebro”. Su capacidad para influir en emociones, estrés y descanso lo convierte en un órgano esencial. Hoy se sabe que una flora intestinal saludable es clave para dormir mejor. La producción de melatonina —hormona central del sueño— ocurre principalmente en el intestino. Por eso, su buen funcionamiento puede marcar la diferencia entre una noche en vela y un descanso profundo.
Dormir mal afecta al intestino
Después de una noche de insomnio, es común sentir molestias estomacales. Dormir mal activa el cortisol, la hormona del estrés, y eso afecta el funcionamiento digestivo. De hecho, se ha comprobado que cuando el sueño se altera, la flora intestinal también se ve perjudicada. Este círculo vicioso entre descanso y digestión demuestra que no se trata de factores aislados, sino de un diálogo constante entre cuerpo y mente.

Cómo influye el estrés en la flora intestinal
El estrés tiene un impacto directo en la flora intestinal. Un intestino desequilibrado no solo genera inflamación, sino también más ansiedad. A su vez, esta ansiedad afecta el sueño. Por eso, mantener un sistema digestivo sano ayuda a disminuir los efectos del estrés y mejora la calidad del descanso nocturno. Esta relación se observa en estudios recientes que analizan el comportamiento de la microbiota bajo presión emocional.
Alimentación para dormir mejor con flora intestinal sana
La dieta es clave en el cuidado de la flora intestinal. Incluir alimentos ricos en fibra, fermentados naturales como el kéfir, y evitar cenas pesadas, mejora el sistema digestivo. Esto, a su vez, influye positivamente en el descanso. Incluso ciertos probióticos han mostrado resultados prometedores para mejorar el sueño al equilibrar la flora intestinal.
Cuidar la flora intestinal es cuidar el descanso
El vínculo entre el intestino y el cerebro no es solo teórico. Es real, constante y silencioso. Dormir bien requiere más que una buena almohada. También implica cuidar la flora intestinal con una dieta equilibrada, horarios regulares y reducción del estrés. A veces, la solución al insomnio está más cerca de lo que pensamos: en lo que comemos, cómo lo digerimos y cómo cuidamos nuestra salud intestinal.
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