Un hecho sin precedentes en Ecuador
La extradición de Fito constituye un acontecimiento sin parangón en la historia del Ecuador reciente. Su captura y posterior traslado representan un giro estratégico en la lucha estatal contra el narcotráfico y el crimen organizado. La extradición ha marcado un antes y un después para la seguridad del país.

José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, fue recapturado tras permanecer prófugo más de un año. Su fuga en 2024 desató una espiral de violencia: atentados, secuestros y motines en múltiples cárceles. La extradición de Fito responde a un endurecimiento de la política de seguridad, que incluye militarización de las calles y prisiones.
Primer narcotraficante extraditado bajo nueva normativa
La extradición de Fito lo convierte en el primer narcotraficante ecuatoriano entregado bajo el nuevo marco constitucional aprobado en 2024. Enfrenta en Estados Unidos cargos por narcotráfico, tráfico de armas y lavado de activos. Según las autoridades estadounidenses, lideraba una organización transnacional con vínculos con el Cartel de Sinaloa. La extradición de Fito reconfigura ahora el equilibrio del crimen organizado local.
Impacto en las bandas criminales ecuatorianas
La extradición de Fito ha generado fisuras internas en Los Choneros, organización que lideraba. Su salida ha provocado tensiones y disputas por el control de las actividades ilícitas. Expertos coinciden en que su figura resultaba aglutinante, incluso desde prisión. La extradición deja un vacío que podría derivar en enfrentamientos violentos entre subgrupos.
Fragmentación y nuevos liderazgos
Con la extradición de Fito, bandas rivales como Los Tiguerones, Los Lobos y Los Chone Killers han intensificado su presencia en territorios estratégicos. Se observa una creciente atomización del crimen organizado. Las facciones buscan expandir sus redes de narcotráfico, extorsión y minería ilegal. La extradición de Fito potencia este fenómeno de fragmentación.
Reorganización del crimen tras su salida
La extradición de Fito no implica la eliminación de las economías ilícitas. Por el contrario, podría acelerar la búsqueda de nuevos liderazgos y fortalecer alianzas con carteles extranjeros. Según expertos, las bandas están reclutando nuevos miembros, aumentando operaciones ilegales y diversificando actividades. La extradición de Fito marca el inicio de una nueva etapa de violencia y reacomodo criminal.
Perspectivas tras su extradición
Aunque la extradición de Fito es un golpe simbólico, los expertos advierten que su impacto real es limitado. Los grupos mantienen el control territorial y las actividades ilícitas continúan. La extradición de Fito exige, por tanto, mayor cooperación internacional para desmantelar las redes criminales. Si no se ataca toda la estructura, la violencia seguirá.
Fuente: EXPRESO
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