Desde julio de 2024, la Biblioteca Nacional de España (BNE) utiliza Alma, una plataforma de servicios bibliotecarios desarrollada por Ex Libris, empresa israelí con sede en el Parque Tecnológico de Malha, construido sobre la aldea palestina ocupada de Al Maliha. Este sistema integra funciones clave como el préstamo, catalogación o gestión de adquisiciones, y es hoy una herramienta central en bibliotecas universitarias y de investigación de todo el mundo.
Una firma con origen en la ocupación
Ex Libris surgió en los años 80 a partir del sistema Aleph, desarrollado en la Universidad Hebrea de Jerusalén con apoyo estatal. La empresa se internacionalizó rápidamente, y en 2015 fue adquirida por ProQuest, para después pasar en 2021 a formar parte de Clarivate, un conglomerado tecnológico con sede en Filadelfia. Sin embargo, Ex Libris ha mantenido tanto su marca como su sede en Israel.
La presencia de Ex Libris en España
El sistema Alma, implementado por la BNE, ya se utilizaba desde 2017 en la Red Madroño —que agrupa bibliotecas universitarias madrileñas, excepto la Complutense—. También está presente en bibliotecas del CSIC y numerosas instituciones de la red REBIUN. La expansión de la empresa en el país ha estado apoyada por la Asociación Expania y por la distribuidora local Greendata.
Vínculos con el sionismo y el aparato militar israelí
Matti Shem Tov, CEO de Ex Libris entre 2003 y 2017, lideró después ProQuest y actualmente Clarivate. Shem Tov fue parte del Consejo de Spirit of Israel, brazo social de la Agencia Judía, promotora del proyecto sionista desde 1929. Esta organización desarrolla también programas de entrenamiento militar para sectores desfavorecidos israelíes.
Críticas desde el movimiento por los derechos palestinos
Colectivos como Librarians and Archivists with Palestine (LAP) denuncian el papel de Ex Libris en el apartheid israelí. En su informe Exposing Ex Libris, LAP destaca cómo el sistema Aleph fue concebido para bibliotecas universitarias israelíes y cómo Ex Libris ha crecido a la sombra de la ocupación. Actualmente, sus productos están presentes en 3.000 bibliotecas estadounidenses y numerosas instituciones en América Latina, incluyendo las bibliotecas nacionales de Argentina y Chile.
Boicots académicos y respuestas institucionales
Intentos de boicot a Ex Libris se han dado en universidades como la de Oslo o la canadiense Simon Fraser, que justificaron el uso de sus servicios alegando su carácter internacional tras la compra por Clarivate. Sin embargo, para LAP y Faculty for Palestine, el hecho de mantener sede en Israel y vínculos con su estructura de poder político y militar hace de Ex Libris un objetivo legítimo del movimiento BDS.
La destrucción de la memoria palestina
Durante la actual ofensiva israelí en Gaza, al menos 13 bibliotecas públicas han sido destruidas según la ONU, aunque el número real podría superar las 87. Entre ellas, bibliotecas universitarias como las de Al Aqsa, Al Azhar o Al Israa, así como colecciones personales como la del profesor Yahya Al Zahraneh, que perdió casi dos mil libros bajo los bombardeos.

La Nakba como precedente
La destrucción y apropiación de libros no es nueva. En 1948, durante la Nakba, Israel saqueó miles de libros privados palestinos. Muchos fueron catalogados por la Universidad Hebrea en lo que luego sería la Biblioteca Nacional de Israel. Esa misma universidad desarrollaría Aleph, dando origen a Ex Libris, empresa que hoy gestiona sistemas bibliotecarios desde el lugar donde una vez existió Al Maliha.
Fuente: El Salto Diario
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