El Hospital Eugenio Espejo, el más grande del Ministerio de Salud Pública, enfrenta graves deficiencias pese a manejar un presupuesto anual de 100 millones de dólares. Con un promedio de 2.800 pacientes atendidos diariamente, el hospital refleja la profunda crisis que afecta al sistema público de salud.

Pacientes denuncian la falta de medicamentos y recursos básicos, lo que obliga a muchos a comprar los insumos por su cuenta o postergar procedimientos críticos. El constante ir y venir de personas que buscan atención médica evidencia la sobrecarga y la falta de capacidad para atender la demanda real.
Hospital Pablo Arturo Suárez: capacidad reducida y largas listas de espera
El Hospital Pablo Arturo Suárez tampoco escapa a esta situación. Por ejemplo, en el área de traumatología, donde la capacidad teórica permite atender a 100 pacientes al mes, actualmente solo 20 logran acceder a cirugías.
Las habitaciones del hospital lucen vacías, y los pacientes internados son en su mayoría aquellos que pudieron comprar los insumos y medicinas necesarios para ser operados. Mientras tanto, la lista de espera supera los 1.000 pacientes únicamente en traumatología, mostrando un panorama alarmante sobre la saturación del sistema.
Consecuencias para los pacientes y el sistema de salud
El déficit de atención médica y recursos impacta directamente en la salud y bienestar de la población. Muchos pacientes con diagnósticos urgentes ven postergadas sus operaciones, mientras que el personal médico se enfrenta a condiciones difíciles de trabajo, con hospitales saturados y recursos insuficientes.
Esta crisis genera un efecto dominó en la salud pública: aumento de enfermedades no tratadas, retrasos en cirugías y mayor presión sobre los centros de atención primaria y hospitales de segundo y tercer nivel.
Reflexión sobre el futuro del sistema de salud público
La situación del Eugenio Espejo y del Pablo Arturo Suárez es un reflejo de la crisis estructural en el sistema de salud pública ecuatoriano. Es urgente la implementación de políticas que garanticen:
- Suficiente financiamiento para hospitales públicos.
- Disponibilidad de medicamentos e insumos para pacientes.
- Reducción de las listas de espera mediante mejoras en planificación y gestión.
- Fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria y el personal médico.
Sin estas medidas, la salud pública seguirá siendo un desafío crítico para miles de ecuatorianos que dependen del sistema estatal.
Fuente: Ecuavisa
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