El viernes 9 de mayo de 2025, Ecuador vivió uno de los ataques más violentos de los últimos tiempos en su lucha contra la minería ilegal. Durante un operativo militar en la zona de Alto Punino, provincia de Orellana, once soldados ecuatorianos fueron asesinados y uno más resultó herido. El ataque contra los militares ecuatorianos fue ejecutado por el grupo armado denominado ‘Comandos de la Frontera’. Este grupo es una disidencia de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dedicada al narcotráfico y a actividades delictivas transfronterizas.

Este hecho generó una inmediata reacción internacional. Tanto Estados Unidos como Colombia expresaron su rechazo y su apoyo a Ecuador en medio del luto y la consternación nacional tras la pérdida de los militares ecuatorianos.
Mensaje de la embajada de Estados Unidos
La Embajada de Estados Unidos en Ecuador publicó un mensaje en la red social X (antes Twitter). En este mensaje, expresó sus “más profundas condolencias” a las familias de los soldados caídos, incluidos los militares ecuatorianos.
El comunicado destacó el respaldo del gobierno norteamericano al pueblo ecuatoriano. Ratificó su apoyo en la lucha contra el crimen organizado, enfatizando que los soldados fallecidos “murieron en acto de servicio”. Además, los calificó como valientes.
Este mensaje se enmarca dentro del fortalecimiento de la cooperación bilateral en materia de seguridad. Esto ocurre en un contexto regional cada vez más desafiante por la expansión de grupos criminales organizados. Especialmente en zonas fronterizas.
Condena firme desde Colombia
Por su parte, el ministro de Defensa de Colombia, Pedro Arnulfo Sánchez, calificó de “brutal ataque” la emboscada perpetrada por los Comandos de la Frontera. En su pronunciamiento, publicado también en X, Sánchez señaló que este acto “enluta a toda la región”. Además, reflejó la magnitud de la amenaza que suponen estos grupos armados ilegales que operan en las fronteras sin respetar leyes ni fronteras nacionales.
El ministro colombiano subrayó el compromiso de su país de trabajar de forma articulada con Ecuador para mantener la seguridad en la frontera común. En esta zona, los militares ecuatorianos están constantemente enfrentando peligros. Además, calificó al grupo agresor como “cartel narcotraficante” y reafirmó que la violencia y el crimen organizado no quebrantarán la unidad ni la tranquilidad de los pueblos hermanos.
Un ataque que afecta a toda la región
El Ministerio de Defensa de Colombia también emitió un comunicado institucional. En este documento, se solidarizó con las familias de los once militares ecuatorianos asesinados. Se destacó que el ataque representa una “grave amenaza para la seguridad regional” y una agresión inaceptable contra quienes protegen la soberanía y el territorio nacional, incluidos los valientes militares ecuatorianos.
La institución reiteró la importancia de enfrentar, de manera conjunta, estas estructuras delictivas. También señaló que estas ponen en riesgo los ecosistemas, la paz y la estabilidad regional.
Zona crítica por la minería ilegal
El enfrentamiento ocurrió en Alto Punino, una zona selvática y de difícil acceso. En los últimos años, han proliferado los campamentos ilegales de extracción de oro en esta área. Se ubica en el límite entre las provincias de Napo y Orellana, en plena Amazonía ecuatoriana. Además, colinda con el territorio colombiano, lo que la convierte en un punto estratégico para el tránsito y operación de grupos criminales.
Las autoridades ecuatorianas han intensificado en esa región los operativos contra la minería ilegal, debido a sus graves impactos sociales, económicos y ambientales. En este contexto, el operativo militar que terminó en tragedia incluía a los militares ecuatorianos como parte de una operación reservada de control minero.
Compromiso regional frente al crimen organizado
Tanto Colombia como Estados Unidos dejaron clara su postura de rechazo frente al ataque y su respaldo al Estado ecuatoriano. La cooperación regional es vista como una herramienta clave. Su objetivo es frenar el avance de organizaciones delictivas que se aprovechan de las zonas remotas para realizar actividades ilícitas, como la minería ilegal, el narcotráfico y el tráfico de armas.
El ataque contra los militares ecuatorianos en Orellana es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los países latinoamericanos. Es urgente la lucha contra el crimen organizado y la necesidad de respuestas coordinadas y firmes por parte de la comunidad internacional.
Fuente:
Teleamazonas
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