Las mujeres que sufren sangrado severo después de dar a luz enfrentan riesgos significativamente mayores de desarrollar enfermedades cardiovasculares, incluso más de una década después del parto. Así lo revela un estudio liderado por la Universitas Airlangga, en Indonesia, que analizó datos de más de 9,7 millones de mujeres de Europa, América del Norte y Asia.
Los resultados, publicados en The Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine, indican que estas mujeres tienen un riesgo 1,76 veces mayor de sufrir enfermedades del corazón y un riesgo 2,10 veces mayor de padecer eventos tromboembólicos como coágulos sanguíneos.
Evidencia basada en décadas de datos
La investigación se basó en un metaanálisis de diez estudios publicados entre 1986 y 2024. Incluyó poblaciones de Corea del Sur, Reino Unido, Suecia, Canadá, Francia y Estados Unidos, con seguimientos de hasta 31 años.
Los investigadores encontraron que, además de aumentar el riesgo inmediato, una hemorragia posparto grave puede dejar secuelas en el sistema cardiovascular que se manifiestan años después. Este efecto es más marcado en mujeres que requieren transfusiones de sangre.
Más allá del quirófano: una nueva visión de la atención materna
“Durante mucho tiempo, la HPP se ha considerado una emergencia que finaliza al detenerse el sangrado. Sin embargo, nuestros hallazgos demuestran que puede tener efectos duraderos en la salud cardíaca de la mujer, incluso años después del parto”, señala la doctora Manggala Pasca Wardhana, autora principal del estudio.
Wardhana, quien trabaja en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Airlangga, subraya que estos resultados exigen una atención médica más prolongada para las madres, más allá del alta hospitalaria.
Chequeos simples, beneficios duraderos
El equipo sugiere que las mujeres que han sufrido una HPP deberían recibir controles cardiovasculares rutinarios durante su recuperación. Estas evaluaciones no serían costosas, pero podrían tener un impacto clave en la detección temprana de afecciones graves.
“Esperamos que esta investigación ayude a reorientar el enfoque hacia la salud materna a largo plazo”, destacan los autores. También señalan que invertir en el bienestar de las madres es invertir en comunidades más sanas y resilientes.
Una deuda pendiente con la salud global de las mujeres
La hemorragia posparto afecta cada año a unas 14 millones de mujeres y representa más del 20% de las muertes maternas en el mundo. Aun así, poco se ha investigado sobre sus secuelas a largo plazo.
El coautor Fiqih Faizara Ustadi advierte que la relación entre sangrado y enfermedad cardiovascular es compleja y requiere más investigación. “Se necesitan estrategias de prevención y tratamiento que aborden estas complicaciones potencialmente mortales”, señala.

Un llamado a los países con menos recursos
Aunque el análisis ofrece una visión global, los datos provienen mayoritariamente de países de ingresos altos. Los autores reconocen que esto limita su aplicabilidad a regiones de bajos ingresos, donde la carga de la HPP es más alta y el acceso a la atención posparto más limitado.
Asimismo, la revisión no pudo incluir análisis por regiones debido a la falta de datos estratificados. Aun así, los investigadores subrayan que las desigualdades en acceso, calidad de atención y seguimiento pueden influir notablemente en los resultados a largo plazo.
Fuente: Infosalus
Otras noticias: