A medida que el 2025 llega a su fin, las empresas ecuatorianas se preparan para uno de los procesos más trascendentales de su gestión financiera: el cierre del año fiscal. Este debe realizarse el 31 de diciembre, conforme a la normativa tributaria vigente. Más allá de una obligación legal, representa una oportunidad estratégica. Permite evaluar resultados, optimizar procesos y proyectar el futuro financiero de cada organización.
Revisión contable y cumplimiento normativo en las empresas
Durante las últimas semanas del año, los departamentos contables y financieros intensifican sus labores. Esto garantiza que la información económica refleje con precisión la situación real de la empresa. Entre las tareas esenciales se encuentran la verificación de ingresos y gastos, conciliaciones bancarias, ajustes contables, revisión de inventarios y cálculo de provisiones. Estos pasos aseguran el cumplimiento con las normas establecidas por el Servicio de Rentas Internas (SRI) y otros entes reguladores.
Según el calendario tributario, la declaración y pago del Impuesto a la Renta deberán realizarse en los primeros meses de 2026. Esto dependerá del noveno dígito del Registro Único de Contribuyentes (RUC). Además, las empresas deberán presentar sus estados financieros ante los organismos de control correspondientes. Entre estos, la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros, o la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria.
Una visión estratégica del cierre fiscal
Ricardo Vallejo, experto tributario y gerente comercial de iConta, destaca que el cierre fiscal debe asumirse con una visión más analítica y estratégica. Según el especialista, este proceso permite a las organizaciones evaluar su situación actual, medir su desempeño y planificar con anticipación el siguiente año. De igual manera, recomienda revisar con tiempo las obligaciones laborales, cuentas por cobrar y pagar, activos fijos y contratos vigentes. Esto previene errores o contingencias tributarias que afecten la rentabilidad.
Tecnología como aliada en la gestión financiera de las empresas
En este contexto, iConta se posiciona como un socio clave para las empresas que buscan eficiencia en su gestión contable. Su plataforma automatiza procesos relacionados con el cierre fiscal, integrando la información contable, tributaria y financiera en un solo sistema. Entre sus ventajas destacan la conciliación bancaria automática, generación de reportes en tiempo real, cálculo de provisiones y validación de impuestos pendientes. Además, ofrece alertas inteligentes que ayudan a cumplir con las obligaciones tributarias dentro de los plazos establecidos.
Ricardo Vallejo subraya que esta tecnología transforma un proceso tradicionalmente complejo en una gestión ágil, transparente y precisa. Esto garantiza un mayor control sobre la información financiera y reduce significativamente el margen de error.
Un cierre fiscal que impulsa el crecimiento empresarial
El cierre del ejercicio fiscal no solo cumple una función legal o contable, sino que también se convierte en un instrumento esencial para la gestión empresarial. Las organizaciones que lo asumen con disciplina, análisis y planificación logran fortalecer su transparencia. Así, generan confianza entre sus socios y clientes, y construyen una base sólida para un crecimiento sostenible durante el próximo año.
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