La llamada “dieta de las princesas” se ha convertido en una preocupante moda en redes sociales, especialmente en TikTok, donde se promueve como una fórmula para alcanzar la figura idealizada de las princesas de Disney. Este reto, que promete perder hasta diez kilos en dos semanas, se basa en ingestas extremadamente bajas de calorías, con un límite aproximado de 600 kcal diarias. En niñas en pleno crecimiento, esta cantidad es insuficiente para un desarrollo físico y mental saludable.

Estereotipos peligrosos en el cine infantil
Un estudio que analizó 31 películas infantiles reveló que en más del 84 % de ellas se asocian estereotipos negativos a personajes con sobrepeso u obesidad. Figuras como Úrsula o la Reina de Corazones, además de tener cuerpos más voluminosos, se caracterizan por rasgos moralmente negativos como autoritarismo, capricho o falta de autocontrol. Estos patrones refuerzan el estigma hacia ciertos cuerpos y transmiten el mensaje de que la delgadez es sinónimo de belleza, éxito y valor personal.
Ejemplos extremos disfrazados de cuento
Cada princesa en esta tendencia dietética sigue un patrón ficticio y dañino:
- Blancanieves: consume únicamente cinco manzanas al día.
- Ariel: realiza ayuno total, bebiendo solo agua.
- Bella Durmiente: pasa el día durmiendo para evitar comer.
Aunque parezcan ideas sacadas de un juego, representan comportamientos propios de trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia, disfrazados de historias infantiles.
Consecuencias físicas y emocionales
La restricción calórica extrema provoca síntomas como fatiga, mareos, irritabilidad, pérdida de masa muscular, caída del cabello y problemas digestivos. En niñas, también puede retrasar el desarrollo puberal.
En adolescentes, la prolongación de estas dietas puede generar amenorrea, desajustes hormonales, debilitamiento óseo y alteraciones del sistema inmune. Además, aumenta el riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria, reforzando conductas obsesivas con la comida, el ejercicio y la imagen corporal.
La presión estética desde la infancia
Este tipo de prácticas y narrativas transmiten a niñas y adolescentes la idea de que su valor depende del tamaño de su cuerpo. El mensaje se internaliza desde la infancia, normalizando la restricción, la culpa por comer y el control excesivo del peso. Lo que parece un simple juego de imitación de princesas es, en realidad, un adoctrinamiento estético que puede dejar huellas duraderas en la salud mental y física.
Un problema de salud pública disfrazado de fantasía
Más allá del impacto individual, este fenómeno es un reflejo de la “cultura de dieta” que persiste en la sociedad, donde la delgadez se presenta como objetivo universal. Combatir estos mensajes requiere educación alimentaria basada en evidencia científica, así como un cambio en los contenidos culturales y mediáticos que consumen las niñas.
Fuente: El País
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