Pabel Muñoz, alcalde de Quito, cumple dos años en el cargo bajo un clima de creciente tensión política y social. Su administración comenzó bajo el auspicio del movimiento Revolución Ciudadana. Ahora enfrenta un proceso de revocatoria impulsado por el colectivo ciudadano #ChaoPabel. Este grupo está liderado por el activista Néstor Marroquín. Ya han reunido más de 40 mil firmas. Su objetivo es alcanzar las 206 mil rúbricas válidas exigidas por el Consejo Nacional Electoral antes del 8 de septiembre de 2025.

Acusaciones de abandono y falta de obras
ChaoPabelEl principal argumento del colectivo ChaoPabel es la supuesta falta de obras visibles y el abandono de los barrios, especialmente en las zonas periféricas y rurales del Distrito Metropolitano. Los testimonios ciudadanos que alimentan este proceso son numerosos. En el norte, sur y parroquias rurales, vecinos acusan a la administración municipal de mantener vías en mal estado. Además, carecen de soluciones para el transporte y desatienden necesidades básicas. Wilson Ramos y Luis Moya, líderes barriales, denuncian el deterioro de la infraestructura comunitaria. Gladys Torres criticó duramente decisiones estéticas y simbólicas, como la instalación de polémicas macetas en el Centro Histórico. Estas fueron ampliamente cuestionadas por su costo y funcionalidad.
El golpe político tras las elecciones
La derrota del correísmo en Quito durante las últimas elecciones presidenciales, donde Daniel Noboa obtuvo una amplia victoria, exacerbó aún más el descontento contra Muñoz. Este descontento pasó al movimiento ChaoPabel. Es interpretado como un reflejo del deterioro de la imagen del alcalde. Aunque sigue contando con aliados dentro del Concejo Metropolitano, enfrenta crecientes presiones sociales y políticas. Estas presiones ponen en riesgo su permanencia en el cargo.
La defensa oficial: ejecución presupuestaria
Frente a los cuestionamientos, Pabel Muñoz ha defendido su gestión. Argumenta logros técnicos, especialmente en materia presupuestaria. El burgomaestre afirma que, desde que asumió el mando, ha incrementado la ejecución del presupuesto municipal del 65% al 82%. Considera este dato como récord en la historia reciente del Municipio de Quito. Sin embargo, críticos aseguran que esta cifra no se traduce en obras concretas ni en mejoras perceptibles para la ciudadanía vinculada a ChaoPabel.
La división entre expertos y exalcaldes
La posible revocatoria ha generado opiniones encontradas entre expertos y figuras políticas de la ciudad. El exalcalde Augusto Barrera ha señalado que el proceso de revocatoria no tiene sustento jurídico sólido. La normativa exige que se base en el incumplimiento del plan de gobierno. En la misma línea, Daniela Chacón y Roque Sevilla han expresado que la salida anticipada del alcalde generaría un caos institucional aún mayor. No resolvería los problemas estructurales que aquejan a la ciudad. Consideran que el movimiento ChaoPabel podría ser “peor que la enfermedad”.
El avance del proceso de revocatoria
A pesar de las voces en contra, el movimiento ciudadano ChaoPabel sigue ganando fuerza. En seis puntos estratégicos de la ciudad, se mantienen brigadas recolectando firmas. El despliegue ha sorprendido por su organización y persistencia, respondiendo al lema de ChaoPabel.
Batalla política por la Vicealcaldía
Mientras tanto, la política municipal vive otra tensión paralela debido al impacto de ChaoPabel: la lucha por la Vicealcaldía. María Fernanda Racines, Estefanía Grunauer y Cristina López disputan el cargo vacante. Esta contienda podría definir nuevas alianzas y equilibrios dentro del Concejo Metropolitano. Con 21 concejales en funciones, se requieren al menos 12 votos para la elección. Esto convierte la disputa en una batalla cerrada que podría tener consecuencias inmediatas para la gobernabilidad de la ciudad.
El momento más crítico de Muñoz
Pabel Muñoz atraviesa el momento más delicado de su administración. Con la sombra de la revocatoria, las críticas sociales y la fragmentación política, su permanencia en la Alcaldía de Quito está en entredicho. A medida que avanza el descontento por el movimiento ChaoPabel, el alcalde debe enfrentar el desafío de recuperar legitimidad. Debe ejecutar obras visibles y establecer puentes con los sectores inconformes. Esto es imprescindible si quiere evitar que su mandato se vea abruptamente interrumpido.
Fuente: La Veci
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