El próximo 1 de julio de 2025 marcará un hito decisivo para la economía ecuatoriana. Ese día, el Gobierno de Estados Unidos anunciará si elimina el arancel del 10 % que impuso de manera unilateral a las exportaciones de varios países, entre ellos Ecuador, desde el pasado 5 de abril. Esta medida ha encendido las alarmas en el sector productivo y exportador del país. Afecta directamente a bienes clave como el banano, uno de los productos estrella de la canasta exportadora nacional.

Las negociaciones: avances y expectativas
El viceministro de Comercio Exterior, Andrés Robalino, confirmó que Estados Unidos será el único vocero del resultado de estas negociaciones. Esto se debe a que la imposición (y eventual reversión) del arancel se trata de una medida estrictamente unilateral. Según Robalino, el proceso ha avanzado de manera positiva. Sin embargo, no reveló detalles específicos, en cumplimiento con la confidencialidad requerida en estas conversaciones diplomáticas.
Hasta la fecha, Ecuador ha mantenido dos rondas de negociaciones con la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR). La última fue el pasado viernes 6 de junio. Una tercera y definitiva ronda está programada para el sábado 28 de junio, justo antes de que expire la tregua arancelaria de 90 días otorgada por Washington.
Un contexto regional y global
Ecuador no está solo en esta negociación. De los múltiples países afectados por esta política arancelaria, solo 23 han sido invitados a dialogar con EE.UU., entre ellos Chile y Costa Rica. Este acceso limitado ha sido visto por el Gobierno ecuatoriano como un logro diplomático importante. Evidencia un canal abierto de comunicación con uno de los principales socios comerciales del país.
La medida arancelaria forma parte de un esfuerzo de EE.UU. por revisar y reajustar sus condiciones comerciales bilaterales a escala global. A pesar del impacto negativo a corto plazo, Ecuador ha optado por una estrategia de diálogo continuo. Así, evita represalias y apuesta por el fortalecimiento de relaciones a largo plazo.
Impacto económico: exportaciones en la mira
Uno de los sectores más sensibles al arancel del 10 % es el agroindustrial, especialmente productos como el banano, el brócoli y las flores. El mercado estadounidense representa una plaza clave para estos bienes, que hasta hace poco ingresaban sin arancel. De mantenerse el impuesto, la competitividad de los productos ecuatorianos podría verse seriamente afectada frente a otros oferentes de la región y del mundo.
Según cifras del Banco Central del Ecuador, el país mantiene actualmente un superávit comercial no petrolero de $1.050 millones con Estados Unidos. Este equilibrio, sin embargo, está en riesgo si no se llega a un acuerdo que elimine el arancel.
Hacia un acuerdo comercial integral
El ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, Luis Alberto Jaramillo, lidera los esfuerzos diplomáticos y técnicos del país. Su equipo ha viajado a Washington en varias ocasiones, acompañado de representantes del sector privado. Tienen el objetivo no solo de frenar el arancel, sino también de pavimentar el camino hacia un acuerdo comercial integral con Estados Unidos.
Este acuerdo a largo plazo podría brindar mayor estabilidad y previsibilidad a los exportadores ecuatorianos. También podría reducir la dependencia de decisiones unilaterales que pueden cambiar de forma inesperada.
Optimismo moderado y apuesta estratégica
El Gobierno ecuatoriano se muestra moderadamente optimista respecto al desenlace de las negociaciones. Según Robalino, el hecho de que Ecuador sea un país en desarrollo con una industria más pequeña en comparación con la estadounidense podría jugar a favor del país. Además, no descartan que el factor geopolítico —particularmente la estabilidad democrática en la región— pueda influir en la decisión final de Washington.
A la espera del anuncio del 1 de julio, el Gobierno mantiene su apuesta por el diálogo, la diplomacia comercial y la búsqueda de condiciones sostenibles para el crecimiento exportador.
Fuente:
La Hora
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