Durante su discurso de posesión el 24 de mayo de 2025, el presidente Daniel Noboa marcó un hito en la política cultural del país al prometer la construcción del primer edificio propio para el Museo Nacional del Ecuador. Esta promesa representa más que una obra arquitectónica: simboliza el reconocimiento y la reivindicación del vasto patrimonio ecuatoriano, que hasta ahora ha permanecido en gran parte oculto por la falta de infraestructura adecuada.

Actualmente, el Museo Nacional opera en un espacio limitado dentro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, donde menos del 1% de su colección —que suma 2,4 millones de bienes— puede ser exhibida al público, según indicó Galo Sandoval, viceministro de Cultura y Patrimonio.
Terreno estratégico en el corazón de Quito
El Ministerio de Cultura ya ha dado los primeros pasos firmes para hacer realidad esta obra. Se ha concretado la transferencia oficial de un terreno de 13.000 metros cuadrados, situado en una de las zonas más emblemáticas de Quito: en la intersección de las avenidas Eloy Alfaro y República, frente al parque La Carolina y a pocos pasos de una estación del Metro.
Este lote se encuentra actualmente ocupado por dos concesionarias de vehículos y un patio de comidas, cuyos ocupantes serán notificados de manera anticipada para la desocupación del predio, según explicó Sandoval.
Una alianza público-privada para financiar la cultura
El proyecto será pionero como la primera alianza público-privada (APP) de carácter social en el país. La Secretaría de Inversiones Público-Privadas ya se encuentra inmersa en el desarrollo del perfil del proyecto, que se hará público en los próximos días.
El costo estimado oscila entre USD 90 y 100 millones, y contempla la inclusión de infraestructura comercial y de servicios, como parqueaderos y locales, que contribuyan a la sostenibilidad económica del museo a largo plazo.
“Esperamos iniciar la construcción en un plazo de año y medio. Ya contamos con el terreno y estamos afinando el diseño”, declaró el viceministro Sandoval
Un espacio moderno para una historia milenaria
El nuevo edificio del Museo Nacional contará con una superficie útil de 25.000 metros cuadrados distribuidos en al menos cuatro plantas. Estas estarán destinadas a exposiciones permanentes y temporales, reservas técnicas, laboratorios de conservación e investigación, y espacios educativos e interactivos.
Con ello, se busca no solo mejorar la experiencia del visitante, sino también resolver los problemas logísticos actuales, ya que gran parte del acervo cultural se encuentra disperso en distintas bodegas de la capital, complicando su conservación y acceso.
Tesoros ocultos que verán la luz
Entre los bienes que podrían exhibirse en la nueva sede destacan joyas arqueológicas e históricas como el Sol de Oro de la cultura Tolita, las sillas ceremoniales de la cultura Manteña, y documentos históricos como el pasaporte original de Alexander von Humboldt.
Estos elementos, que representan diversas épocas y pueblos del Ecuador, serán parte de la identidad visual y narrativa del museo, que buscará integrar tecnología, pedagogía y accesibilidad en su propuesta museográfica.
Dinamización económica y cultural
Además del impacto simbólico y educativo, el nuevo Museo Nacional también generará efectos positivos en la economía y el empleo. Las industrias culturales y creativas representan más del 8% del empleo a escala mundial y más del 3% del PIB, según datos del Ministerio.
“La obra no solo dinamiza la economía, sino que aporta al tejido social y fortalece la identidad nacional”, enfatizó Sandoval.
Un showroom temporal como adelanto
Como parte de las actividades iniciales, se instalará próximamente un showroom en el terreno donde se levantará el museo. Allí se presentarán los primeros detalles del diseño arquitectónico y una muestra representativa de las colecciones que albergará el futuro edificio.
Una mirada histórica a los museos nacionales
El historiador Héctor López Molina contextualizó el rol de estos espacios culturales: “Los museos nacionales surgieron con fuerza tras la Revolución Francesa. Son espacios para representar la identidad de un país y reunir sus múltiples culturas en un solo lugar”.
Para López, el proyecto ecuatoriano ofrece la oportunidad de replantear cómo se cuenta la historia nacional: “La gente busca museos más interactivos, más cercanos. Este puede ser el momento para construir una narrativa inclusiva, educativa y contemporánea”, concluyó.
El 2027: un año clave para la cultura
Si el cronograma se cumple según lo previsto, la construcción del nuevo Museo Nacional arrancará en 2027, marcando un antes y un después en la gestión del patrimonio cultural del Ecuador. Con ello, el país no solo recuperará su historia, sino que la proyectará hacia el futuro con un espacio digno, moderno e integrador.
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