El Gobierno de Daniel Noboa busca consolidar al país como un actor clave en el comercio internacional. Además, intenta diversificar su matriz productiva mediante alianzas estratégicas con Asia.
Un nuevo frente en la política exterior ecuatoriana
Ecuador avanza decididamente en una estrategia de apertura comercial ambiciosa y sostenida. A través del anuncio del presidente Daniel Noboa, el país ha manifestado su intención de iniciar negociaciones formales con Japón en agosto de 2025 para concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC). Esta apuesta busca ampliar mercados y fomentar el desarrollo económico mediante el acceso a bienes y tecnologías de alto valor.

Japón es una potencia económica global y socio histórico de Ecuador en términos de cooperación y comercio. Representa no solo un mercado atractivo por su volumen de consumo, sino también una puerta de entrada estratégica a todo el continente asiático. La posible firma de un TLC entre ambas naciones consolidaría una relación ya establecida. También abriría nuevas oportunidades para sectores clave de la economía ecuatoriana.
Exportaciones e importaciones: una relación con potencial de crecimiento
Durante los primeros cinco meses de 2025, las exportaciones no petroleras de Ecuador a Japón alcanzaron USD 165,1 millones, mientras que las importaciones sumaron USD 201,4 millones. Esta relación comercial, aunque robusta, aún tiene margen de crecimiento. Especialmente si se eliminan barreras arancelarias y se diversifica la oferta exportable.
Los productos ecuatorianos con mayor presencia en el mercado japonés actualmente son el cacao, camarón, plátano y minerales. Aunque existe un potencial latente en otras industrias. Al mismo tiempo, Ecuador se beneficiaría de la importación de maquinaria. Además de tecnología automotriz y bienes industriales de alto valor, insumos clave para fortalecer la productividad nacional.
Más allá del comercio: cooperación tecnológica y transferencia de conocimiento
El interés ecuatoriano no se limita a mejorar los términos de intercambio comercial. Parte del enfoque del Gobierno es aprovechar el TLC como un canal para acceder a tecnología avanzada. También conocimientos técnicos e inversiones extranjeras que impulsen la innovación y modernización de sectores estratégicos como el agroindustrial, la manufactura y la economía digital.
En este sentido, Japón no solo es un mercado atractivo para exportar. También es una fuente de recursos técnicos y financieros que pueden acelerar el desarrollo de industrias locales con alto valor agregado.
Internacionalización en múltiples frentes
La estrategia comercial del Ecuador no se circunscribe únicamente a Asia. Con tratados vigentes con China, la Unión Europea, Reino Unido y Chile, el país ha tejido una red de acuerdos. Esto permite un mayor acceso a mercados globales. En paralelo, el acuerdo comercial con Canadá avanza y se espera su ratificación en 2026, lo que abriría nuevas oportunidades especialmente en sectores como las flores, textiles, cerámicas y chocolates.
Sin embargo, persiste una tarea pendiente fundamental: establecer un acuerdo comercial con Estados Unidos, uno de los tres principales socios comerciales del Ecuador. A diferencia de países vecinos como Colombia y Perú, Ecuador no cuenta aún con este instrumento, a pesar de su relevancia estratégica para el país. Las gestiones dependerán, en buena parte, de la disposición del gobierno estadounidense y de la diplomacia ecuatoriana.
Una apuesta por el futuro
El impulso hacia un acuerdo comercial con Japón es un paso más en la construcción de una economía ecuatoriana más competitiva, diversificada y conectada al mundo. Este tipo de negociaciones no solo buscan incrementar los volúmenes de exportación. Asimismo, se pretende transformar estructuralmente la economía a través de la innovación, inversión extranjera y cooperación internacional.
La visión del Gobierno de Daniel Noboa es clara: posicionar a Ecuador como un país abierto, moderno y atractivo para los negocios globales. Si se concretan los objetivos trazados, el TLC con Japón podría convertirse en uno de los hitos más relevantes de la política exterior y económica del país en la presente década.
Fuente: El Comercio
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