La industria petrolera de Ecuador se encuentra en una encrucijada crítica. Sin inversiones sostenidas en tecnologías de recuperación mejorada, más de 5.100 pozos petroleros están en riesgo de cierre. Esta situación compromete uno de los pilares fundamentales de la economía ecuatoriana.
Un parque petrolero improductivo y abandonado
Actualmente, el 52% de los pozos petroleros en Ecuador son improductivos. De un total de 5.198 pozos, 2.687 están fuera de operación. El país enfrenta el riesgo inminente de cerrar más de 5.100 pozos petroleros si no se toman medidas inmediatas. La falta de inversión en tecnologías modernas podría significar una pérdida irreparable para el sector energético.

Petroecuador: más pozos, menos petróleo
Entre 2019 y 2024, Ecuador perforó 754 nuevos pozos, de los cuales 549 fueron responsabilidad de Petroecuador. A pesar de ello, la producción cayó un 12,3%. En lugar de revertir la caída, se ha agudizado la crisis. Más pozos no significan más producción, especialmente si no se implementan tecnologías de recuperación mejorada.
Campo Sacha: oportunidad perdida
El campo Sacha, uno de los más importantes del país, está siendo operado sin tecnologías avanzadas. Con 70.000 barriles diarios y potencial para más, permanece estancado. El intento del gobierno de concesionarlo a una empresa china y otra canadiense fracasó por falta de un modelo legal y técnico claro. La falta de planificación estratégica impide rescatar este activo vital.
El volumen remanente perdido
Según Fernando Reyes, experto con más de 40 años de experiencia, si no se aplica la recuperación mejorada, el país dejará enterrados 29.465 millones de barriles de petróleo. Esto agrava la situación, ya que esa cantidad representa una enorme pérdida de riqueza para Ecuador. La falta de aplicación efectiva de tecnologías como la inyección de agua, vapor o polímeros limita la eficiencia de los pozos existentes.
Inversiones insuficientes, proyecciones irreales
Petroecuador planea invertir $492 millones en perforación y reacondicionamiento durante 2025. Sin embargo, la producción proyectada bajaría de 381.000 a 365.000 barriles diarios. Esto evidencia que el modelo actual no está dando resultados. Además, el Ministerio de Energía proyecta 580.000 barriles diarios para diciembre, una meta desconectada de la realidad.
El cierre del ITT agrava el problema
La consulta popular del Yasuní obligó al cierre progresivo del campo ITT. Solo en el primer trimestre de 2025, su producción se redujo en más de 10.000 barriles diarios. Para 2026, Ecuador podría producir menos de 340.000 barriles diarios, nivel comparable al de 1985. La producción nacional sigue en declive acelerado.
Julio negro: pérdidas multimillonarias
En julio de 2025, la paralización del SOTE y el OCP por fenómenos climáticos extremos causó pérdidas entre $400 y $500 millones. Aunque los oleoductos reanudaron operaciones a finales de mes, el impacto económico fue significativo. La ministra de Economía prometió inversión tecnológica para mitigar los efectos, pero el desafío es enorme: producir 6,69 millones de barriles adicionales entre agosto y diciembre.
La advertencia de los expertos
“El nuevo petróleo no compensa el viejo petróleo que se agota”, afirma Reyes. Solo una inversión seria y el uso de tecnología eficiente podrían evitar el apagón petrolero. Los 5.100 pozos petroleros en riesgo necesitan atención urgente para no convertirse en un pasivo ecológico y financiero.
El reto del presidente Noboa
El presidente Daniel Noboa enfrenta un desafío monumental. Su meta de alcanzar 550.000 barriles diarios parece lejana. Sin una estrategia con inversión tecnológica, participación privada responsable y un nuevo modelo de gestión, el apagón petrolero será inevitable. Ecuador se encuentra al borde de una crisis energética sin precedentes.
Fuente:
lahora
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