Una profesora de una reconocida universidad de Quito denunció públicamente haber sido víctima de abuso sexual por parte de un estudiante que realizaba prácticas en el Centro de Atención en Rehabilitación y Fisioterapia de la misma institución. El incidente ocurrió mientras la docente acudía a tratar un problema en la rodilla. Terminó en una experiencia traumática que la obligó a cambiar la modalidad de sus clases para evitar el contacto con el agresor.

Los hechos: un abuso dentro del centro de fisioterapia
La víctima explicó que inicialmente fue atendida por estudiantes mujeres durante sus sesiones de fisioterapia, sin ningún inconveniente. Sin embargo, en una de las sesiones posteriores le asignaron un fisioterapeuta hombre, quien comenzó a mostrar un comportamiento extraño. Según la denuncia, luego de revisar la rodilla. El estudiante tocó de manera inapropiada la pierna de la docente y le indicó supuestos problemas en la planta de los pies y la espalda.
Cuando la profesora, confiando en la profesionalidad del joven, se dio vuelta, este aprovechó para tocarla indebidamente en la espalda y, de forma más grave, manosearla en las nalgas. Ante esta situación, la docente reaccionó de inmediato, alejando al agresor, y advirtió que el estudiante tenía una erección visible. “Me dio miedo y asco. ¡Es un enfermo depredador!”, expresó la víctima.
Falta de apoyo institucional: una denuncia que no fue atendida
La profesora denunció que, tras informar a las autoridades universitarias sobre el abuso, no recibió el apoyo necesario ni la protección esperada. Por el contrario, asegura que la respuesta institucional fue insuficiente, lo que la llevó a dictar sus clases de manera virtual durante más de dos semanas para evitar coincidir con el presunto agresor en el campus.
Este hecho ha generado preocupación y críticas hacia la universidad, ya que se pone en duda la seguridad y el bienestar de los estudiantes y docentes dentro del campus. Especialmente en espacios donde debería existir mayor supervisión y control.
El proceso legal y la búsqueda de justicia
El caso ha sido presentado ante la Fiscalía, y se espera que las investigaciones avancen para esclarecer los hechos y aplicar las sanciones correspondientes. La denuncia pública de la docente busca visibilizar este tipo de agresiones que suelen quedar en silencio por miedo o falta de respaldo.
Organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres han mostrado su solidaridad con la víctima y han solicitado a las autoridades universitarias que refuercen los mecanismos de prevención y atención para garantizar un ambiente seguro y libre de violencia en todas las áreas académicas
Este lamentable caso de abuso sexual dentro de una universidad prestigiosa de Quito pone en evidencia la urgencia de fortalecer los protocolos institucionales para proteger a la comunidad académica. Es fundamental que las víctimas reciban apoyo efectivo y que los agresores enfrenten las consecuencias legales correspondientes. Solo así se podrá construir un entorno educativo seguro, respetuoso y digno para todos.
Fuente: Extra.ec
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