Aunque la semana pasada la Corte Internacional de Justicia (CIJ) rechazó la solicitud de medidas cautelares de México contra Ecuador, la querella en La Haya continúa, al igual que la crisis diplomática entre ambas naciones. Las tensiones se originaron en abril de 2024, cuando fuerzas de seguridad ecuatorianas irrumpieron en la Embajada mexicana en Quito. Desde entonces, Ecuador y México se han contrademandado ante la Corte.
Sobre la posible reanudación de las relaciones bilaterales, la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, señaló que un tercer país actuaría como intermediario o canal diplomático. En declaraciones a la agencia de noticias AP, Sommerfeld afirmó que México había solicitado la intervención de un tercer país para facilitar la comunicación diplomática, lo cual fue aceptado por Ecuador. No obstante, Sommerfeld no reveló el nombre de dicha nación.
Un día antes, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, había indicado que “un gobierno amigo” podría actuar como intermediario en el diálogo y mencionó que este país sería Suiza.
En su entrevista, Sommerfeld aseguró que el gobierno de Daniel Noboa está dispuesto a conversar con México, aunque bajo ciertas condiciones. Noboa ha reiterado que “lo único que no es negociable” es la entrega del exvicepresidente Jorge Glas, acusado y sentenciado por corrupción en Ecuador. La irrupción de la policía en la embajada mexicana en Quito fue precisamente para capturar a Glas, quien había encontrado refugio allí desde diciembre de 2023, después de que México le concediera asilo político.
Jorge Glas, una figura destacada del gobierno de Rafael Correa, se ha convertido en el punto central del conflicto entre Ecuador y México. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su disposición a dialogar, pero insiste en que el gobierno ecuatoriano otorgue un salvoconducto a Glas para que pueda trasladarse a México.
Este tema es una línea roja en las negociaciones, complicando la resolución del conflicto y la reanudación de las relaciones diplomáticas entre los dos países. La intervención de un tercer país como mediador podría ser clave para encontrar una solución viable y restaurar la comunicación diplomática.
También te puede interesar: El Centro Histórico y el Festival “De Vuelta al Centro”