El Día del Padre con el corazón lejos: padres ecuatorianos marcan la fecha entre orgullo y ausencia
El Día del Padre se celebrará este domingo 15 de junio en Ecuador. Mientras muchas familias se preparan para compartir, otras lo vivirán en soledad.
Para Vinicio Santiana, Damián Sarzosa y Adolfo Serrano, esta fecha tiene un significado distinto, marcado por la migración y la distancia con sus hijos.

Aunque sus hijos están bien y construyen nuevas vidas fuera del país, el vacío emocional se intensifica durante este tipo de celebraciones.
En sus testimonios, relatan cómo viven el Día del Padre con el corazón dividido entre la alegría y la nostalgia.
El vacío es inmenso, aunque la satisfacción también
Vinicio Santiana, padre de tres hijos, vive con emociones encontradas este Día del Padre. Dos de sus hijos residen en Estados Unidos y su hija está en Panamá.
“Es un encuentro de sentimientos. Hay orgullo por sus logros, pero también una ausencia profunda que no desaparece con el tiempo”.
Este domingo probablemente lo pasará con su cuñado Miguel, aunque su verdadero anhelo sigue siendo uno solo: ver a sus hijos.
“La tecnología ayuda, sí, pero no reemplaza el abrazo ni la mirada. El Día del Padre siempre remueve emociones”, expresa mientras sus ojos se humedecen.
Es el primer Día del Padre sin mi hijo menor
Para Damián Sarzosa, este será su primer Día del Padre sin su hijo Alexis, quien migró hace poco en busca de nuevas oportunidades.
A pesar de su alegría por el crecimiento de su hijo, la nostalgia lo invade en esta fecha tan significativa.
“Falta el abrazo, la charla, el compartir. Aunque hablamos por videollamada, no es lo mismo. Todo se siente más fuerte ese día”, explica.
Este domingo planea jugar fútbol con su equipo en Pifo. Sabe que la llamada de su hijo llegará, y para él, ese será el mejor regalo.
Desde 2019 no la veo, pero está cumpliendo sus sueños
Adolfo Serrano recuerda con ternura a su hija menor, quien viajó a Estados Unidos en 2019 y decidió quedarse para construir su futuro.
“Empezó lavando ollas, ahora va a estudiar instrumentación quirúrgica. Logros así valen cada lágrima”, dice Adolfo, con mezcla de orgullo y añoranza.
El Día del Padre lo pasará con su otra hija y su nieta. A pesar de las dificultades horarias, espera una llamada que le devuelva, al menos por unos minutos, la cercanía perdida.
“Siempre lo hicimos con amor. Ser padre no trae manual, pero sí entrega incondicional. Ese amor no cambia, aunque haya fronteras”, concluye.
El Día del Padre en tiempos de migración
Según datos del INEC, la migración ha impactado profundamente la estructura familiar ecuatoriana.
En 2024 se registraron más de 3,1 millones de salidas internacionales, muchas de ellas sin retorno.
Estados Unidos sigue siendo el principal destino, ya sea por razones de trabajo, estudios o reunificación familiar.
El Día del Padre se convierte entonces en un símbolo de lo que se gana y se pierde en ese proceso.
Las historias de Vinicio, Damián y Adolfo representan a miles de padres que, pese al orgullo por sus hijos, celebran con un silencio en el pecho.
El Día del Padre para ellos es un recordatorio de que el amor no conoce límites, aunque la distancia imponga silencios.
Fuente: PRIMICIAS
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