La devolución a prisión en Cuba de los opositores José Daniel Ferrer y Félix Navarro ha generado una oleada de reacciones dentro y fuera del país. Las autoridades cubanas excarcelaron a ambos disidentes en enero de 2025 como parte de un acuerdo que negociaron con Estados Unidos y el Vaticano. Sin embargo, apenas tres meses después, las autoridades cubanas revocaron su libertad condicional alegando incumplimientos legales.
Incumplimiento de condiciones legales
El Tribunal Supremo Popular informó que tanto Ferrer como Navarro violaron los términos de su liberación. Las autoridades cubanas justificaron la devolución a prisión en Cuba porque los opositores no se presentaron ante la justicia ni respetaron las restricciones de movimiento. Ferrer, por ejemplo, no compareció a dos citaciones oficiales. Además, anunció públicamente que no lo haría, y las autoridades lo consideraron un desafío directo a la ley. Navarro, por su parte, salió en siete ocasiones de su municipio sin la debida autorización del juez.
Reacción de organizaciones y familiares
La noticia de la devolución a prisión en Cuba provocó duras críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos. Amnistía Internacional calificó la detención como “gravísima”. La investigadora Johanna Cilano subrayó que ambos activistas han mantenido su postura crítica a pesar de las amenazas y el acoso sistemático.
Asimismo, la ONG Prisoners Defenders denunció arrestos adicionales. Según testimonios, junto a Ferrer fueron detenidos su esposa, su hijo y otros activistas. Su hermana, Ana Belkis Ferrer, exigió la liberación inmediata de todos los detenidos mediante un comunicado en redes sociales.
Contexto político y diplomático
La devolución a prisión en Cuba ocurre en un contexto de tensiones con Estados Unidos. Washington ha sido acusado por el gobierno cubano de apoyar a los opositores con fines desestabilizadores. Aunque el Departamento de Estado no emitió una respuesta inmediata, la visita previa de Mike Hammer, jefe de misión de EE. UU., al domicilio de Ferrer en febrero refuerza la dimensión diplomática del caso.
En suma, la devolución a prisión en Cuba de Ferrer y Navarro refleja la fragilidad del diálogo reciente entre La Habana y actores internacionales. Además, visibiliza la continua represión a la disidencia política en la isla.
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