Un problema persistente a nivel global
Según estimaciones conjuntas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y UNICEF para el año 2024, aproximadamente 160 millones de niños en todo el mundo están involucrados en actividades laborales. De este número, al menos 79 millones desarrollan tareas peligrosas que amenazan tanto su salud como su desarrollo integral. En este contexto, el trabajo infantil en Ecuador no escapa a esta preocupante realidad.
A escala internacional, el 70% de los casos de trabajo infantil se concentran en el sector agrícola. Le siguen los sectores de servicios e industrial, con cifras que, aunque menores, también evidencian una problemática estructural. África subsahariana, Asia y el Pacífico constituyen las regiones más afectadas; entre estas tres zonas se concentra el 90% de los niños trabajadores del planeta.

Manifestaciones del trabajo infantil en Ecuador
Pese a contar con un marco legal regulador, el trabajo infantil en Ecuador persiste en distintas formas. Datos del Ministerio de Trabajo (MDT) y la OIT señalan que cerca del 5% de los niños y el 13% de los adolescentes entre 5 y 14 años participan en actividades laborales. Esta situación se presenta mayoritariamente en áreas rurales, especialmente en sectores como la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca.
La legislación ecuatoriana, a través del Código de la Niñez y Adolescencia y el Código de Trabajo, permite el empleo de adolescentes a partir de los 15 años. Sin embargo, esta disposición está sujeta al respeto de los derechos del menor y a la garantía de su acceso a la educación. A pesar de ello, el trabajo infantil en Ecuador continúa siendo una realidad preocupante.
Causas estructurales y normativas insuficientes
El docente universitario y abogado laboralista Ider Salgado advierte que la persistencia del trabajo infantil en Ecuador obedece a múltiples causas estructurales. Entre las principales, menciona la débil aplicación de las leyes protectoras y la escasa fiscalización de las condiciones laborales. Además, factores como la pobreza, el limitado acceso a educación de calidad y las necesidades económicas de las familias propician un entorno en el que los menores se ven obligados a trabajar, lo que perpetúa un ciclo de exclusión social.
Brechas en la implementación de políticas públicas
Las principales deficiencias en la erradicación del trabajo infantil en Ecuador radican en la falta de recursos estatales y en la inexistencia de programas sostenibles de reintegración educativa. De acuerdo con Salgado, solo el 12% de las denuncias por explotación laboral infantil concluyen en sanciones. Esta cifra evidencia la lentitud y permisividad del sistema judicial. Asimismo, apenas el 34% de los casos detectados reciben cobertura mediante programas de reinserción, dejando a una gran mayoría de niños en situación de vulnerabilidad.
Un llamado a la acción integral
Erradicar el trabajo infantil en Ecuador requiere más que leyes bien redactadas: implica garantizar su cumplimiento efectivo. Es imperativo contar con políticas públicas integrales que atiendan las causas estructurales del fenómeno. Solo mediante una intervención coordinada —que incluya inversión estatal, fiscalización eficiente, educación inclusiva y programas sociales— se podrá interrumpir el ciclo de pobreza infantil.
Durante el mes de junio, en el que se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, se vuelve urgente visibilizar esta problemática. El trabajo infantil en Ecuador debe ser combatido con determinación, promoviendo entornos donde los derechos de la niñez estén plenamente garantizados y respetados.
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