Lo principal es que el ministro y su equipo de trabajo ya no salga de los mismos grupos de interés que han controlado el sector energético durante más de 30 años.
Ecuador está enfrentando crisis simultáneas tanto en el sector eléctrico como en el petrolero. En este contexto, la designación del ministro de Energía es decisiva para el presidente electo, Daniel Noboa.
Fernando Reyes, consultor petrolero y ambiental y exvicepresidente del colegio de ingenieros petroleros, explicó que “si el presidente Noboa va a mantener el estilo de designar a la gente de su confianza y estos, a su vez, a los de su confianza, vamos a tener un poco más de lo mismo”.
Por eso, lo primordial es que se busque gente joven, que pueda estar asesorada por cuadros de más experiencia que puedan salir de gremios profesionales y universidades.
“No puede ser una sola persona sino un equipo, pero el equipo que arme ya no debe ser el conjunto de los intereses que hemos visto durante este tiempo: intereses eléctricos, importadores de combustibles, entre otros”, añadió Reyes.
De acuerdo con Andrea Armas, ingeniera en minas y petróleos, en el país sí existen cuadros jóvenes que tienen capacidades para administrar de manera honesta y transparente un sector tan complejo como el energético.
“Si se arma un plan serio y realizable, sin metas demagógicas como la de Lasso de duplicar la producción petrolera, habrá gente dispuesta a contribuir para sacar al sector de la crisis”, puntualizó.
Reyes recordó que desde antes del correísmo se instaló un modelo de gestión alrededor de grupos de interés; pero ese modelo, “que incluye gente con conocimientos, pero también con intereses como René Ortiz, Fernando Santos Alvite e Ítalo Cedeño”, nos ha llevado a la crisis actual y debe terminarse.
Las prioridades
En el país se requiere que se aproveche inmediatamente el gas asociado que se sigue quemando en los campos petroleros de la Amazonía. Con eso se puede generar electricidad y se puede producir gas natural comprimido para cocinas y automóviles, como se hace Colombia, Perú, Chile y Argentina. Además, también puede servir para sacar más petróleo de los pozos.
“En 2011 ya hubo un proyecto grande en Petroamazonas para aprovechar el gas asociado. Se invirtieron alrededor de $500 millones en compra de equipos y ahí quedó. En el fondo se ven los intereses permanentes y crecientes de los importadores de combustibles”, recordó Reyes.
Para enfrentar a los intereses de los grupos de importadores, el Gobierno de Noboa debe impulsar concursos más abiertos que permitan que otras empresas participen; y que se baje el alto castigo de $12 por barril que actualmente tiene el crudo ecuatoriano, pero que no debería ser mayor a $8 por barril.
Asimismo, el aumento de la producción y las reservas petroleras deben concentrarse, debido al cierre del ITT y la declinación en los campos más antiguos, en la recuperación mejorada utilizando biotecnología.
“Esto consiste en unir el sector agropecuario con el sector petrolero, mediante la utilización y procesamiento de los desechos para crear productos funcionales, para inyectados en los yacimientos petroleros”, aseveró Reyes.
Más del 80% del petróleo descubierto se está quedando en los pozos, pero se puede extraer con más tecnología en lugar de ampliar la frontera petrolera.
Actualmente, de un total de 5.000 pozos abiertos en el país, solo 2.300 están produciendo alrededor de 200 barriles diarios.
Energía renovable
Reyes considera que Noboa es una persona joven, del tiempo de las energías renovables no convencionales. Entonces, lo que tiene que hacer es buscar opciones para cambiar el marco legal y bajar costos como los aranceles para que se facilite y fomente que “jóvenes armen pequeñas y medianas empresas para la instalación de energía renovable en casas, edificios, escuelas, colegios, universidades”.
“Si solo esperamos las grandes hidroeléctricas como Santiago va a tomar muchos años; y ya se ve que este tipo de proyectos van a tener mucha mayor oposición que antes”, afirmó Reyes.
Esto no quiere decir que no se impulsen las licitaciones y los procesos de contratación de las grandes hidroeléctricas y el aumento de la capacidad térmica; pero el enfoque de futuro debería estar en las energías no renovables como la fotovoltaica, eólica, entre otras.
Para agilizar los proyectos, el mecanismo debería ser la subasta pública entre varias empresas nacionales y extranjeras, y no tanto el modelo de contratos que, en el caso de El Aromo y Villonaco, ha demostrado ser caro y engorroso. (JS)
Fuente: Diario La Hora
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