La creciente polarización en el Concejo Metropolitano
El Concejo Metropolitano de Quito enfrenta uno de sus momentos más tensos desde que comenzó la actual gestión en 2023. Los desacuerdos entre concejales correístas y de oposición han aumentado, y temas como la operación del Metro, problemas con el sistema de bicicletas públicas, y la terminación del contrato con la Empresa de Aseo (Emaseo) han generado conflictos constantes. La sesión del 3 de junio de 2025 evidenció este choque, cuando el concejal Wilson Merino acusó falta de transparencia por parte del gerente de Emaseo. La tensión llevó a que la sesión terminara suspendida tras un forcejeo verbal entre los concejales.
Desacuerdos por la gestión municipal
Los reclamos por parte de concejales opositores sobre la administración del alcalde Pabel Muñoz se han intensificado. Algunos solicitaron la renuncia del gerente de Emaseo debido a la mala gestión en la recolección de basura. Estas tensiones reflejan una división marcada en el Concejo Metropolitano, la cual podría durar hasta el final de esta administración. La oposición acusa que el correísmo busca limitar la capacidad fiscalizadora de los concejales, mientras que algunos oficiales señalan que la polarización responde a la proximidad de las elecciones seccionales de 2027.

Retos que enfrenta el Concejo Metropolitano en Quito
La polarización en el Concejo Metropolitano no solo afecta la aprobación de ordenanzas, sino también la imagen pública del Municipio. Discusiones acaloradas, gritos y acusaciones se han vuelto parte del día a día de las sesiones. Aunque ambas partes aseguran que apoyarán iniciativas que beneficien a la ciudad, el ambiente político se mantiene cargado. La revocatoria contra el alcalde Pabel Muñoz añade presión y nerviosismo en los funcionarios. Mientras tanto, la ciudadanía observa cómo estas pugnas dificultan el avance en proyectos clave para Quito.
Futuro incierto para el Concejo Metropolitano
El futuro del Concejo Metropolitano permanece incierto. Con la revocatoria en curso y las elecciones seccionales en el horizonte, las tensiones podrían escalar aún más. Mientras tanto, la ciudadanía exige soluciones concretas a los problemas urbanos. Los concejales deberán encontrar un equilibrio entre la fiscalización y la colaboración para no paralizar la gestión municipal. El desafío será priorizar el bienestar de Quito sobre los intereses políticos.
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