La salud masculina es un tema que tradicionalmente ha recibido menos atención que la salud femenina, tanto en el ámbito público como privado. Sin embargo, los hombres enfrentan desafíos específicos que requieren atención preventiva, educación y un enfoque integral en el autocuidado. En América Latina y particularmente en Ecuador, tres de las principales amenazas a la salud de los hombres —el cáncer de próstata, la diabetes y el colesterol alto— continúan cobrando vidas y afectando la calidad de vida de millones.

Cáncer de próstata: el enemigo silencioso
El cáncer de próstata representa el tipo de cáncer más común entre los hombres en Ecuador, con 3.249 nuevos casos diagnosticados en 2023 y una tasa de incidencia de 35,7 por cada 100.000 habitantes, según la Sociedad Ecuatoriana de Oncología. Sin embargo, de acuerdo con cifras del Registro Nacional de Tumores del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y el Ministerio de Salud Pública, esta enfermedad presenta una tasa de incidencia estimada de 46 casos por cada 100.000 hombres. Cada año se registran más de 2.000 nuevos casos y alrededor de 1.000 muertes relacionadas con esta patología.
Esta situación refleja una preocupante realidad: muchos casos se diagnostican en etapas avanzadas, cuando las posibilidades de tratamiento curativo disminuyen considerablemente. El cáncer de próstata suele desarrollarse de forma silenciosa. Por ello, la detección temprana es la herramienta más poderosa para salvar vidas.
Las causas principales del cáncer de próstata incluyen la edad avanzada —el riesgo aumenta considerablemente después de los 50 años— y los antecedentes familiares, que duplican la probabilidad de padecer la enfermedad. También se ha identificado que una dieta rica en grasas animales y un estilo de vida sedentario pueden elevar el riesgo.
De acuerdo con especialistas se enfatiza la importancia de realizar controles urológicos periódicos a partir de los 50 años, o desde los 45 si existen antecedentes familiares. Estos chequeos deben incluir la prueba de antígeno prostático específico (PSA) y el examen digital rectal. “Prevenir esta enfermedad comienza con la detección temprana, adoptar una alimentación saludable, rica en vegetales y baja en grasas saturadas, mantener un peso adecuado y realizar actividad física regularmente también son medidas fundamentales para reducir el riesgo”, señala el Dr. Ricardo Salazar urólogo de Clínica Internacional.
Diabetes: una epidemia creciente en la región
La diabetes tipo 2, una de las enfermedades metabólicas más comunes, afecta aproximadamente al 7,1% de la población ecuatoriana, lo que equivale a unas 727.000 personas, según datos de la Encuesta STEPS 2018. Esta patología crónica se ha convertido en la quinta causa de muerte en los hombres, mientras que para las mujeres está en el segundo lugar de acuerdo con datos del INEC.
Entre los factores de riesgo más importantes están el sobrepeso, la obesidad, la inactividad física y una alimentación basada en productos ultraprocesados y ricos en azúcares refinados. Además, los antecedentes familiares influyen considerablemente en el desarrollo de esta enfermedad.
La prevención de la diabetes comienza en la mesa y en el movimiento diario. Una dieta equilibrada, centrada en alimentos frescos y bajos en azúcares simples, junto con al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, puede marcar la diferencia. El monitoreo regular de los niveles de glucosa en sangre y el control del peso corporal también son estrategias clave para detectar la enfermedad de forma temprana o evitar su aparición.
Colesterol alto: el asesino silencioso
Otra amenaza significativa es el colesterol elevado o hipercolesterolemia, una condición que suele pasar desapercibida hasta que se manifiestan complicaciones cardiovasculares graves. En Ecuador, el 24,4% de la población presenta niveles de colesterol por encima de lo recomendable, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT).
Las principales causas del colesterol alto incluyen el consumo excesivo de grasas saturadas y trans, presentes en comidas rápidas, embutidos y productos industrializados. La inactividad física, el tabaquismo, el alcoholismo y la obesidad también incrementan significativamente el riesgo de padecer esta condición. “El problema radica en que el colesterol elevado suele ser asintomático hasta que se traduce en enfermedades cardiovasculares, como infartos o accidentes cerebrovasculares, que constituyen la principal causa de muerte en el país”, señaló el Dr. Esteban Avilés, director de equipos médicos de Clínica Internacional.
Para prevenir esta condición, se recomienda una dieta rica en fibra soluble, como la que aportan las frutas, legumbres y cereales integrales, además de una rutina regular de ejercicio aeróbico que ayude a aumentar el colesterol «bueno» (HDL) y reducir el «malo» (LDL). Evitar el tabaquismo y moderar el consumo de alcohol también son claves en la prevención. Los chequeos médicos periódicos son imprescindibles para detectar niveles alterados a tiempo.
Una mirada hacia el autocuidado masculino
La prevención de estas tres enfermedades no solo implica cambios físicos, sino también culturales. A menudo, los hombres postergan o evitan las visitas médicas por miedo, desinformación o presión social. Esta actitud, sumada a hábitos poco saludables, contribuye a un panorama preocupante en la región.
La Semana Internacional de la Salud Masculina es una oportunidad para promover el autocuidado, fomentar la educación en salud y derribar los estigmas que impiden a los hombres actuar a tiempo. Con chequeos regulares, una alimentación sana, ejercicio constante y la decisión de priorizar su bienestar, los hombres pueden reducir significativamente el riesgo de enfrentar enfermedades que, aunque comunes, son en gran medida prevenibles.
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