En un esfuerzo por resolver uno de los retos más persistentes en la medicina moderna —la escasez de sangre, especialmente del tipo O negativo— un grupo de científicos japoneses ha desarrollado un tipo de sangre artificial universal, con una vida útil significativamente más larga que la sangre convencional. Esta innovación, liderada por el profesor Hiromi Sakai de la Universidad Médica de Nara, promete revolucionar el sistema de transfusiones a nivel global hacia el año 2030.

¿Cómo se fabrica esta sangre sintética?
La sangre artificial se produce a partir de hemoglobina extraída de sangre caducada, es decir, aquella almacenada por más de tres semanas y ya no apta para transfusión directa. Esta hemoglobina, que es responsable de transportar oxígeno en el cuerpo, se encapsula en una capa de lípidos formando vesículas similares a los glóbulos rojos humanos.
Lo extraordinario es que estas células artificiales no tienen tipo sanguíneo, lo que elimina la necesidad de pruebas de compatibilidad entre donante y receptor. Además, pueden almacenarse hasta dos años a temperatura ambiente y hasta cinco años en refrigeración, una mejora considerable frente a los 42 días que permite la sangre convencional bajo refrigeración.
Ensayos clínicos con humanos ya están en marcha
Los primeros ensayos con humanos comenzaron en 2022. De acuerdo con Kyodo News, en marzo de 2025 se realizó una prueba con 16 voluntarios sanos, quienes recibieron entre 100 y 400 mililitros de sangre artificial. Los efectos secundarios fueron leves (fiebre o sarpullido), sin impactos significativos en los signos vitales como la presión arterial.
El equipo liderado por Sakai ahora se prepara para realizar estudios más amplios sobre seguridad y eficacia, con el objetivo de obtener aprobación clínica en los próximos cinco años.
Implicaciones humanitarias y médicas
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 40% de las donaciones de sangre proviene de países ricos que solo representan el 16% de la población mundial. Esto deja a millones de personas sin acceso oportuno a transfusiones, especialmente en situaciones críticas como partos, cirugías y accidentes.
La disponibilidad de una sangre artificial universal puede reducir significativamente las muertes evitables en regiones con infraestructura médica deficiente y donde las donaciones son escasas.
Opiniones de expertos internacionales
Ash Toye, profesor de biología celular en la Universidad de Bristol, destacó que este desarrollo representa un avance esperanzador en la medicina transfusional. A pesar de los desafíos pasados en seguridad, estabilidad y transporte de oxígeno, Toye señaló que los ensayos actuales son prometedores.
Sin embargo, advirtió que el uso de hemoglobina humana sigue representando riesgos de infección, aunque podrían mitigarse con controles rigurosos. También se vislumbra un futuro en el que se utilicen versiones recombinantes de hemoglobina para facilitar una producción masiva.
Otros desarrollos paralelos en Japón
Además del trabajo del equipo de Sakai, el profesor Teruyuki Komatsu de la Universidad Chuo también está desarrollando transportadores de oxígeno artificiales. Su enfoque utiliza hemoglobina encapsulada en albúmina, con aplicaciones potenciales en tratamientos de accidentes cerebrovasculares y hemorragias. Hasta ahora, los resultados en pruebas con animales han sido alentadores y se prevé que se inicien pronto ensayos clínicos con humanos.
Un cambio de paradigma en la medicina global
El desarrollo de sangre artificial compatible con todos los tipos y de larga duración representa mucho más que un avance tecnológico: es una herramienta humanitaria con el potencial de salvar millones de vidas, especialmente en zonas vulnerables o en contextos de emergencia. De confirmarse su eficacia y seguridad, esta invención japonesa podría marcar un antes y un después en la historia de la medicina moderna.
Fuente: El Imparcial
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