La China pospandémica ahora acoge a turistas sin restricciones. En un viaje que combina la modernidad de sus megaciudades con desafíos en el proceso migratorio y adaptación a una economía digital única, los viajeros exploran un país donde la diversidad gastronómica y cultural promete una experiencia sin igual.
Desafíos en el proceso migratorio para los hispanohablantes
A pesar de la apertura turística, los ecuatorianos que llegan deben enfrentarse a preguntas de los agentes de migración, sin señalética en español. La comunicación en inglés se vuelve esencial, ya que pueden requerir evidencia del motivo del viaje, la duración y el lugar de alojamiento.
Transacciones electrónicas y adaptación a la economía china
China destaca por su particularidad en transacciones, donde el uso de yuanes o pagos electrónicos mediante aplicaciones como AliPay y WeChat Pay es predominante. Los turistas extranjeros deben adaptarse a esta realidad antes de viajar, descargando las aplicaciones o adquiriendo yuanes para enfrentarse a un mercado que prioriza el pago con celular.
Las tarjetas emitidas por Visa y Mastercard destacan en el país por su fácil acceso, esto gracias a sus aplicaciones que aceptan la vinculación a billeteras digitales.
El contraste entre lo comunista y lo capitalista en la China pospandémica
China, gobernada por Xi Jinping, presenta una dualidad entre su sistema comunista y la apertura al capital. Megaciudades como Shanghái exhiben rascacielos imponentes y una economía abierta a marcas occidentales, creando un contraste entre lo moderno y lo antiguo.
Desafíos en la conectividad digital: VPNs y acceso a redes bloqueadas
La censura de servicios como Google, Instagram y Facebook en China se sortea con el uso de VPNs por parte de los turistas. La instalación previa de estas redes privadas virtuales permite acceder a sitios bloqueados para los ciudadanos chinos, revelando una brecha digital entre locales y visitantes.
Delicias gastronómicas en la China pospandémica: una experiencia variada
La gastronomía china, diversa y única, ofrece opciones desde pequeños puestos callejeros hasta restaurantes de alto nivel. A pesar de la variabilidad, la pandemia ha afectado la presencia de excentricidades alimenticias en los mercados callejeros. El costo de una experiencia culinaria puede oscilar desde dos dólares en puestos callejeros hasta un precio más elevado en restaurantes especializados.
En conclusión, la China pospandémica se presenta como un destino abierto al turismo, pero no exento de desafíos para los viajeros ecuatorianos, desde la adaptación a la economía digital hasta los obstáculos en el proceso migratorio. La experiencia promete ser única, entre la modernidad de sus ciudades y la riqueza de su cultura gastronómica.
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