En un acontecimiento histórico para el panorama político del país, la fecha y hora han sido establecidas para el debate presidencial más esperado del año. Este domingo, 13 de agosto de 2023, a las 19:00 horas, los siete candidatos presidenciales se reunirán en la ciudad de Quito (Pichincha) para enfrentar un desafío de gran envergadura.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha orquestado un evento sin precedentes en el que los aspirantes presidenciales tendrán la responsabilidad de responder preguntas en torno a cinco ejes temáticos de vital importancia para el país. Bajo la mirada atenta de los moderadores, Andrés Jungbluth y Gisella Bayona, el programa será transmitido en cadena nacional a través de diversos medios, incluyendo la televisión, la radio y plataformas virtuales, y se extenderá hasta las 22:00 horas.
Este debate, marcado por su carácter obligatorio, busca fomentar la discusión profunda y significativa sobre los temas clave que afectan a la nación. A diferencia de debates anteriores, en esta ocasión se ha dispuesto una dinámica en la que los candidatos deberán responder las preguntas de manera directa, dejando de lado la propaganda y las estrategias de campaña. Los moderadores, con la autoridad concedida, podrán interrumpir y plantear preguntas desafiantes para mantener un ambiente de diálogo sustantivo.
Un detalle interesante de este debate es la ausencia de un guion preestablecido para las interacciones entre los candidatos. Esta medida se ha implementado para evitar preparaciones previas con preguntas dirigidas a los oponentes, garantizando así respuestas auténticas y espontáneas por parte de los participantes.
La jornada estará estructurada en torno a cinco ejes temáticos que abarcan desde la seguridad y gestión de la delincuencia hasta la conservación del medioambiente. Los candidatos deberán abordar estos temas cruciales:
- Seguridad y gestión integral de los impactos de la delincuencia y el crimen organizado.
- Régimen económico, creación de empleo y desarrollo productivo.
- Política social (educación, salud, cultura, bienestar familiar y social).
- Democracia, institucionalidad y participación ciudadana.
- Sostenibilidad, gestión de riesgos y conservación del medioambiente.
El debate se presenta como un momento crucial en el proceso electoral, y las autoridades electorales han dejado claro que, a pesar de las circunstancias, el evento se llevará a cabo sin contratiempos. La trágica noticia del crimen de uno de los candidatos no detendrá el proceso democrático que se lleva a cabo en el país.
La importancia de este debate se encuentra respaldada por el artículo 202.2 del Código de la Democracia, que define los debates electorales como un espacio fundamental para contrastar programas de gobierno y propuestas programáticas. En las elecciones presidenciales, el CNE está comprometido a organizar debates en primera y segunda vuelta, y esta ocasión, con una semana de anticipación debido a la naturaleza excepcional de la elección.
La asistencia al debate presidencial es obligatoria para los aspirantes a la Presidencia según el Código de la Democracia. La falta de asistencia se considera una infracción electoral de carácter “muy grave”, con sanciones que incluyen destitución, suspensión de derechos de participación y multas significativas.
Si ninguno de los candidatos presidenciales alcanza el 40 % de los votos válidos con una diferencia de al menos diez puntos porcentuales sobre el segundo lugar, se activará una segunda vuelta electoral. En este escenario, se llevará a cabo otro debate crucial el 1 de octubre, donde los dos binomios más votados tendrán la oportunidad de presentar nuevamente sus propuestas al público.
En resumen, la fecha y hora definidas para este debate presidencial en Quito marcan un hito en la historia política del país. Los candidatos presidenciales se preparan para enfrentar un desafío de proporciones monumentales, abordando temas fundamentales que definirán el futuro de la nación. Las expectativas son altas, y los ciudadanos esperan con ansias este encuentro que promete ser un punto de inflexión en el proceso electoral.
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