El Ejército ecuatoriano desmanteló recientemente dos campamentos clandestinos ubicados en zonas selváticas del cantón Cascales, provincia de Sucumbíos, en la frontera con Colombia. Estos espacios, descubiertos en los sectores de El Recodo y El Paraíso, evidencian la creciente penetración de grupos armados ilegales en territorio ecuatoriano. Esta acción militar se ejecutó como parte de una operación ofensiva. La operación estaba orientada a neutralizar la actividad de disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), específicamente del Frente Carolina Ramírez.

Infraestructura para albergar a combatientes
Los campamentos descubiertos contaban con una infraestructura significativa. Uno de ellos tenía capacidad para albergar a 150 personas, y el otro a 200. En su interior se encontraron municiones calibre 7,62 mm, utensilios de cocina y pertrechos militares. Según información proporcionada por las Fuerzas Armadas, el lugar funcionaba como punto de descanso y abastecimiento para los grupos ilegales armados. Todo el material fue destruido por los militares tras asegurar la zona.
El Frente Carolina Ramírez: incursiones cada vez más profundas
La operación militar que permitió descubrir estos campamentos se dio pocos días después de un enfrentamiento con presuntos integrantes del Frente Carolina Ramírez. Este grupo es una disidencia de las FARC que mantiene presencia activa en el sur de Colombia. Ha sido señalado por las autoridades ecuatorianas como responsable de reiteradas incursiones en territorio nacional.
Este grupo estaría involucrado en actividades ilícitas como narcotráfico, minería ilegal y el control de rutas en zonas limítrofes. Los enfrentamientos recientes y los hallazgos en Sucumbíos refuerzan la hipótesis de que el Frente Carolina Ramírez estaría intentando consolidar puntos logísticos permanentes dentro del Ecuador. Esto representa un grave riesgo para la seguridad y soberanía nacional.
Contexto: un conflicto transfronterizo en escalada
La presencia de grupos armados extranjeros no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, ha adquirido mayor notoriedad y peligrosidad desde el recrudecimiento de la violencia en la frontera norte. Las Fuerzas Armadas ecuatorianas han intensificado las operaciones de control territorial desde marzo de 2024. Estas acciones comenzaron luego de que el grupo Comandos de la Frontera (CDF) asesinara a 11 soldados ecuatorianos en la provincia de Orellana. Fue uno de los ataques más letales registrados en años recientes.
En este contexto, los campamentos hallados representan no solo una amenaza inmediata, sino también una advertencia. Este descubrimiento muestra el nivel de organización y la intención de permanencia de estos grupos en suelo ecuatoriano.
Operativos continuos para evitar reocupaciones
Las Fuerzas Armadas han asegurado que las patrullas continuarán en la zona para evitar que estos espacios vuelvan a ser utilizados por organizaciones ilegales. Además, se ha reforzado la cooperación entre unidades militares y de inteligencia para detectar a tiempo nuevos puntos de infiltración o estructuras logísticas similares.
El desafío de contener y erradicar la influencia de grupos armados extranjeros en Ecuador exige no solo una respuesta militar sostenida. Además, se requiere una estrategia integral que involucre a comunidades locales, instituciones estatales y cooperación binacional con Colombia.
Fuente: Extra.e
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