El nuevo año escolar en la Sierra y Amazonía comenzará el 1 de septiembre de 2025 con 1,8 millones de estudiantes retornando a clases. Para este periodo, el Ministerio de Educación confirmó dos cambios en el régimen Sierra que buscan responder a la crisis de seguridad que enfrenta el país.
Inserción curricular de seguridad
El primer ajuste corresponde a la inserción curricular. Esto significa que los alumnos recibirán formación en seguridad de manera transversal durante su jornada académica. Así, desde Inicial hasta Bachillerato, se aplicará un enfoque orientado a fortalecer la prevención, la autoprotección y la conciencia social frente a riesgos cotidianos.
Este tipo de instrucción permitirá que los estudiantes comprendan el impacto de la seguridad en sus comunidades. Además, fomentará hábitos de autocuidado que se vuelven esenciales en el contexto actual. El objetivo final es consolidar un aprendizaje útil más allá del aula.

Seguridad como opción en participación estudiantil
El segundo de los cambios en el régimen Sierra afecta específicamente al segundo de Bachillerato. Desde el ciclo 2025-2026, los alumnos podrán elegir el eje de Seguridad dentro del Programa de Participación Estudiantil, requisito indispensable para graduarse.
La iniciativa abre la posibilidad de que los jóvenes desarrollen proyectos orientados a la prevención y la colaboración comunitaria. De esta forma, no solo cumplen con una exigencia académica, sino que también adquieren competencias prácticas frente a problemas sociales.
Un año escolar con enfoque en protección
Ambos cambios en el régimen Sierra reflejan la preocupación gubernamental por reforzar la seguridad en el ámbito educativo. Aunque las medidas generan debate, su aplicación busca proteger a los estudiantes y dotarlos de herramientas valiosas. El inicio del ciclo 2025-2026 marcará, por tanto, un hito en la forma en que la educación se relaciona con el entorno social.
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