Garantizar la independencia judicial frente a la contaminación política es uno de los mayores desafíos del sistema de justicia en Ecuador. Abogados penalistas y expertos recomiendan fortalecer los procesos de selección de jueces de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) para impedir injerencias del poder político o de intereses particulares.
Independencia judicial frente a presiones externas
La independencia judicial implica que los jueces decidan únicamente en función del derecho y la Constitución, sin presiones del Ejecutivo, Legislativo o del Consejo de Participación Ciudadana. Hermes Sarango y Gonzalo Silva, abogados penalistas, junto con funcionarios de la CNJ, sostienen que el verdadero blindaje institucional comienza con la libertad de criterio de los magistrados.
Un funcionario de la CNJ afirmó que la independencia judicial también significa permitir al juez resolver sin recibir influencias externas sobre cómo dictar una sentencia. Este principio es esencial para mantener la confianza ciudadana y la legitimidad del sistema judicial frente a la contaminación política y social.

Madurez y experiencia: claves para blindar la justicia
Sarango y Silva destacan que los jueces de la Sala Penal de la CNJ muestran madurez jurídica y personal en sus decisiones. Sin embargo, Sarango advierte lo complejo que resulta lograr una independencia total ante presiones políticas y económicas. Subraya que la honestidad, la prudencia y la madurez del juez deben prevalecer siempre.
El jurista reconoció la trayectoria de magistrados como Felipe Córdova y Marco Rodríguez, quienes han pasado por diferentes niveles judiciales. Casos emblemáticos como Sobornos o Metástasis han sido resueltos con fundamentos sólidos, evidenciando un compromiso con la legalidad.
Nuevos requisitos para los jueces nacionales
Los abogados penalistas coinciden en que la independencia judicial puede fortalecerse si el Consejo de la Judicatura impone requisitos más rigurosos en los futuros concursos para jueces nacionales.
Sarango propone exigir al menos 15 años de experiencia profesional y establecer una edad mínima de 45 años. Por su parte, Silva sugiere incorporar el título de Doctor en Jurisprudencia y verificar que los candidatos no tengan antecedentes judiciales.
Ambos juristas consideran que estas medidas garantizarían un perfil más sólido y menos vulnerable a la manipulación política. “En otros países, los jueces de corte suprema son altamente experimentados”, subrayó Sarango. Recordó que, décadas atrás, las cortes ecuatorianas eran más solventes debido a requisitos más estrictos.
El reto de la juventud y la inteligencia artificial
Sarango alertó que, bajo el actual Código Orgánico de la Función Judicial, un abogado de 30 años puede llegar a ser juez de la CNJ. Cuestionó si esa edad es suficiente para asumir un rol tan trascendental. Según él, un juez joven puede ser más susceptible a influencias del Estado, mientras que la madurez personal dificulta la manipulación.
Para el penalista Silva, el verdadero blindaje radica en la integridad del juez. “Un juez honesto y capaz no debe someterse a presiones políticas o económicas. El blindaje proviene de su ética y formación”, puntualizó.
Conclusión: reforzar la independencia judicial
La independencia judicial frente a la contaminación política no depende únicamente de normas o reformas, sino de la calidad moral, experiencia y prudencia de quienes administran justicia. Los especialistas coinciden en que el Consejo de la Judicatura debe garantizar procesos de selección basados en mérito y trayectoria, para fortalecer un poder judicial realmente autónomo y confiable.
Fuente: La Hora
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