Origen y etimología del bidé rojo
El bide rojo de Napoleón debe su nombre al francés “bidet”, un caballo pequeño utilizado por la nobleza para paseos infantiles. Su forma remite a la posición al cabalgar. Este instrumento fue inicialmente un elemento de higiene íntima en épocas donde poseer una bañera era privilegio de pocos.
Función higiénica y anticonceptiva
Además de la higiene, el bide rojo de Napoleón tuvo un uso anticonceptivo. Prostitutas empleaban recipientes similares para prevenir embarazos y enfermedades venéreas. Entre las mujeres nobles europeas, se convirtió en método para limitar riesgos de relaciones extramatrimoniales y mantener su reputación intacta. La reina María Carolina de Habsburgo de Nápoles ignoró las advertencias sobre su reputación, instalando el bidé en su palacio.
Difusión y declive histórico
Durante el siglo XVIII, el bidé ganó popularidad en Europa, aunque su uso declinó con la llegada de la ducha. La instalación de agua corriente en casas privadas durante el siglo XIX hizo que muchas personas percibieran al bidé como obsoleto. Sin embargo, países como Italia y Portugal lo incorporaron de manera obligatoria en los baños.
Napoleón y la fama del bidé rojo
Napoleón utilizaba el bide rojo de Napoleón para aliviar el escozor tras cabalgar. Su uso personal hizo que el utensilio se volviera un símbolo de prestigio entre la nobleza francesa. Al heredarlo a su hijo, la popularidad del bidé se consolidó, convirtiéndolo en un objeto deseado en palacios y residencias aristocráticas.
Legado cultural
Hoy, el bide rojo de Napoleón es una pieza de museo, testimonio de la historia de la higiene, la sexualidad y la nobleza europea. Su influencia marcó prácticas higiénicas, sociales y hasta reproductivas en distintas épocas.
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