El consumo de comida picante ha generado creciente interés en la comunidad científica por sus posibles efectos positivos en la salud. Ingredientes como el ají y el rocoto no solo aportan sabor y picor, sino que también contienen compuestos bioactivos con propiedades relevantes. Entre ellos, destaca la capsaicina, sustancia responsable del ardor característico, pero también vinculada a múltiples beneficios fisiológicos.
La capsaicina y su impacto en la salud
La comida picante aporta capsaicina, antioxidantes y vitaminas que influyen en el metabolismo y en la prevención de diversas enfermedades. De acuerdo con investigaciones publicadas en 2022 en la revista de cardiología preventiva, una dieta con alto consumo de ajíes picantes se asocia con un menor riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas y diabetes.
Además, quienes incluyen regularmente comida picante en su dieta presentan hasta un 25 % menos de probabilidad de morir de forma prematura. Este efecto se explica tanto por los antioxidantes del ají como por la acción de la capsaicina en el organismo.

Aplicaciones médicas de la capsaicina
El especialista Elmer Huerta subraya que la capsaicina también se utiliza en tratamientos tópicos. Existen cremas a base de este compuesto que ayudan a reducir dolores provocados por enfermedades como el herpes zóster. En estos casos, los pacientes pueden sufrir neuralgia postherpética, una secuela dolorosa que genera ardor en la piel. Las cremas con capsaicina contribuyen a aliviar esas molestias.
Consumo natural frente a versiones procesadas
El mayor beneficio de la comida picante se obtiene al consumir ajíes y rocotos frescos. Estos alimentos concentran polifenoles, flavonoides y vitaminas que fortalecen el sistema inmunológico y la salud cardiovascular. En cambio, las versiones envasadas o procesadas suelen perder parte de sus propiedades nutricionales, por lo que no ofrecen la misma eficacia.
Precauciones en el consumo de picante
No todas las personas toleran la comida picante de igual manera. Así como existe intolerancia a la lactosa, algunas personas pueden experimentar molestias digestivas al ingerir ají o rocoto. Según Huerta, nadie debería forzarse a incluir picante en su dieta si no lo tolera adecuadamente, aunque se reconozcan sus beneficios.
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