Aulas vacías y cuentas en rojo: la doble crisis de la educación privada en Ecuador

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La educación privada en Ecuador enfrenta una coyuntura compleja. Dos factores amenazan su sostenibilidad: la disminución sostenida de matrícula estudiantil y los altos niveles de morosidad en el pago de pensiones. Esta “tormenta perfecta” pone en riesgo no solo la viabilidad financiera de cientos de instituciones. Además, afecta la calidad del servicio educativo que reciben miles de estudiantes.

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Menos estudiantes en las aulas

De acuerdo con datos del Ministerio de Educación, la matrícula en el sector privado ha caído de 865.518 estudiantes en 2019-2020 a 794.279 en 2024-2025. Esto equivale a una pérdida neta de más de 71.000 alumnos en cinco años. En términos porcentuales, esto representa una reducción del 8,2%, revelando un éxodo silencioso hacia el sistema público.

El estudio “Educación en cifras: panorama financiero de las instituciones educativas en Latinoamérica”, elaborado por la fintech Mattilda, señala que cerca del 60% de los colegios privados opera por debajo de su capacidad instalada. Esto genera una presión económica insostenible.

La morosidad como un problema estructural

A la baja ocupación se suma un segundo problema: la morosidad en el pago de pensiones. El mismo informe detalla que el 64% de las instituciones educativas privadas cierra cada mes con una cartera vencida superior al 5%. Este nivel compromete seriamente la liquidez.

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Este fenómeno se agrava en un contexto económico marcado por la reducción del poder adquisitivo de los hogares. Las familias se ven obligadas a migrar a la educación fiscal. En algunos casos, optan por instituciones privadas de menor costo y calidad dudosa.

El éxodo hacia la educación fiscal

Entre 2019 y 2025, 56.000 estudiantes migraron de colegios privados a instituciones públicas. Esto, según cifras oficiales. Este movimiento no responde a un abandono escolar masivo. La tasa de deserción general en Ecuador se ha mantenido estable. Más bien, refleja una reubicación forzada por la crisis económica de los hogares.

Como explica Harvey Sánchez, presidente de ALEPH, se trata de “una crisis silenciosa, pero profunda, que en algún momento va a explotar”.

Impactos en la calidad educativa

La disminución de matrícula y los altos niveles de morosidad limitan la capacidad de inversión de los colegios privados. Estos recursos son vitales para infraestructura, innovación pedagógica y capacitación docente. El riesgo es que, en su esfuerzo por mantenerse operativos, se vea afectada la calidad de la enseñanza. Los servicios complementarios suelen diferenciar a este sector.

¿Un sector en riesgo de colapso?

La educación privada, que históricamente ha sido un complemento importante al sistema público en Ecuador, enfrenta el riesgo de cierres. Decenas de instituciones podrían cerrar sus puertas en los próximos años si la tendencia no se revierte. Esto podría generar una sobrecarga para el sistema fiscal. Este tendría que absorber a miles de estudiantes adicionales sin contar con los recursos necesarios.

La doble crisis de la educación privada en Ecuador —marcada por aulas vacías y cuentas en rojo— refleja un problema estructural. Este problema combina factores económicos, sociales y de gestión. Mientras los colegios luchan por sobrevivir, los hogares enfrentan la difícil decisión de mantener a sus hijos en instituciones privadas o migrar hacia la educación pública. El desafío para el Estado y para el sector educativo es diseñar soluciones. Así, se evitaría un colapso que afectaría directamente al futuro académico de miles de niños y jóvenes.

Fuente: Primicias.ec

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