- Entre el 60 % y el 70 % de los estudiantes presenta síntomas de ansiedad, fatiga o insomnio derivados del uso intensivo de pantallas.
- La falta de rediseño pedagógico en entornos virtuales está generando una crisis silenciosa en el bienestar emocional y cognitivo de miles de estudiantes.
Ecuador, Agosto de 2025 — Lo que comenzó como una solución necesaria para garantizar el acceso a la educación, hoy muestra consecuencias preocupantes. El aprendizaje virtual ha dejado una huella emocional profunda, una generación de estudiantes sobreexpuesta, desconectada y agotada. Así lo advierte el estudio “Cuando la pantalla genera estrés: Combatiendo la Ansiedad en la Educación Online”,de Selene Castañeda y Omar Guirette, expertos de BIU University Miami (Broward International University), que analiza el impacto psicológico y académico del uso excesivo de pantallas en entornos educativos.
Más del 60 % de los estudiantes reporta síntomas como ansiedad, fatiga visual, trastornos del sueño y sensación de sobrecarga. “Lo digital no es neutral. Moldea nuestras emociones, relaciones y formas de aprender”, aseguran los autores.
Aislamiento emocional y fatiga cognitiva: la otra cara de la educación online
Uno de los cambios más drásticos ha sido la ruptura del vínculo humano en las aulas. Las interacciones entre estudiantes y docentes se han vuelto más mecánicas, y la pérdida de contacto espontáneo ha debilitado el sentido de comunidad universitaria. En este entorno, la motivación disminuye, el aprendizaje se fragmenta y la soledad se vuelve habitual.
Estudios recientes lo confirman. Según Gao et al. (2023), el uso excesivo de redes sociales está directamente relacionado con el aumento en la sensación de soledad, quienes pasan más de 4 horas diarias en redes presentan más del doble de puntajes de soledad que quienes consumen menos de 1 hora.
A esto se suma la presión constante de estar disponibles. Las notificaciones, tareas simultáneas y videollamadas ininterrumpidas dificultan la concentración, reducen la retención de información y agotan mentalmente a los estudiantes. Según estimaciones internas de BIU, el rendimiento académico promedio se redujo entre 10 % y 20 % durante los periodos de virtualidad, especialmente en quienes tienen menor autonomía.
Más conectados, menos comprometidos
La educación digital ha difuminado los límites entre el hogar y el aula. Sin embargo, la falta de contacto no verbal, el escaso feedback en tiempo real y la pérdida del acompañamiento pedagógico han afectado especialmente a quienes requieren mayor guía docente. Un estudio de Ong y Quek (2023) evidencia que, en clases presenciales, el nivel de conexión docente-estudiante es de 8,5 sobre 10, mientras que en entornos virtuales baja a 5,2. La retroalimentación también cae de 9,0 a 4,8 puntos.
Este fenómeno no es exclusivo de la educación. La saturación digital impacta también a adolescentes latinoamericanos, más del 50 % presenta niveles altos de adicción a redes sociales, con efectos adversos en su salud mental, según Colonio en un estudio durante 2023.
Cifras que preocupan
- 70 % de los estudiantes presenta al menos un síntoma relacionado con el uso intensivo de pantallas: ansiedad, insomnio, fatiga mental o cefaleas.
- A pesar de que algunos jóvenes han desarrollado habilidades digitales destacables, la mayoría aún enfrenta un entorno emocionalmente insostenible.
La trampa silenciosa de la procrastinación digital
Estar conectado no equivale a estar enfocado. La constante exposición a estímulos digitales como notificaciones y redes sociales ha generado lo que los expertos denominan “procrastinación tecnológica” Una postergación crónica de tareas que produce ansiedad, culpa y una caída en el desempeño académico. El problema no se limita a los estudiantes, también afecta a trabajadores remotos atrapados en rutinas saturadas de reuniones y pantallas. “La tecnología que prometía agilidad se ha convertido en una barrera emocional y social”, advierten los autores.
Una hoja de ruta para humanizar la educación digital
El estudio de BIU concluye que el problema no es la tecnología en sí, sino la forma en que ha sido integrada sin rediseñar los tiempos, los vínculos ni los espacios de descanso. Para revertir estos efectos, proponen:
- Implementar pausas activas y espacios sin pantallas durante la jornada académica.
- Reforzar el acompañamiento emocional y la retroalimentación personalizada.
- Fomentar la autogestión del tiempo y la concentración consciente en los estudiantes.
- Redefinir el concepto de éxito educativo, priorizando la confianza sobre el control.

Acerca de BIU University
El enfoque de aprendizaje en Broward International University (BIU), guiado por un equipo de profesores expertos, combina clases sincrónicas y asincrónicas para ofrecer una experiencia educativa completa. Este enfoque integra una amplia variedad de herramientas dialógicas y de debate, incluyendo foros de discusión, proyectos y tareas tanto grupales como individuales, chats semanales y sesiones regulares de video en tiempo real. Además, se utilizan estudios de casos y aprendizaje basado en proyectos, así como simulaciones.
De este modo, los estudiantes disfrutan de un ecosistema de aprendizaje enriquecedor que les permite interactuar con diferentes formatos y dinámicas del mundo empresarial real. Esta metodología no solo fomenta la colaboración y el pensamiento crítico, sino que también prepara a los alumnos para enfrentar los desafíos del entorno laboral actual.
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