Un mensaje de texto entre Andrés Arauz, ex candidato presidencial y dirigente del movimiento correísta, y Augusto Verduga, exconsejero del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), encendió las alarmas. En el chat, Arauz le ofrecía apoyo político desde la Asamblea a cambio de la entrega de cargos públicos. Específicamente ofertaba cuatro de cincuenta cargos que eran de libre remoción. Este mensaje, hallado en el teléfono de Verduga, hoy prófugo de la justicia, es la base para que la Fiscalía General del Estado vincule a Arauz, a Raúl González y a Esther Cuesta en el denominado caso Ligados, bajo el cargo de asociación ilícita.

¿Qué es el caso Ligados?
El caso Ligados toma su nombre de la supuesta “Liga Azul”, una alianza interna del correísmo que habría operado de forma ilegítima para controlar desde el exterior al CPCCS. La investigación apunta a que no solo se habrían colocado consejeros afines dentro del organismo. Además, se habrían coordinado acciones para manipular concursos públicos, beneficiar a aliados políticos y consolidar poder institucional desde fuera.
Según la Fiscalía, el objetivo de esta presunta red era asegurarse que las autoridades de control que resultaran electas respondieran directamente a los intereses del correísmo. Asimismo, buscaban asegurar sus lazos más Lígidos, afines a ellos.
La figura central: el rol de Andrés Arauz
Para los investigadores, Andrés Arauz es más que un actor secundario. Es señalado como el principal coordinador de la operación. Su papel dentro del CPCCS, aunque externo oficialmente, era determinante. Desde México, donde reside, habría sido el responsable de dirigir los movimientos estratégicos del bloque correísta dentro del Consejo.
Chats, audios y testimonios recopilados en la indagación muestran que Arauz habría influenciado en procesos tales como la elección del Superintendente de Bancos. También en el concurso para el nuevo contralor general del Estado y las decisiones internas del Tribunal Contencioso Electoral (TCE). Así, el caso Ligados significa su intervención sistemática.
Tres líneas de manipulación institucional
Según la Fiscalía, los actos coordinados por Arauz y su círculo cercano se dividen en tres grandes frentes:
1. Influencia en el Tribunal Contencioso Electoral
Se señala que el correísmo buscaba evitar sanciones contra sus miembros en el CPCCS. Para eso, habrían intentado influir sobre jueces del TCE, como Richard González, y sobre la presidenta Ivonne Coloma. En los chats aparece la expresión “es nuestro” para referirse al secretario de la presidenta, en alusión a su supuesta afinidad política, directa dentro del caso Ligados.
2. Control sobre la Superintendencia de Bancos
Raúl González, señalado como cercano al correísmo, habría sido impulsado para ocupar el cargo de Superintendente de Bancos. La Fiscalía sostiene que Arauz, junto con otros implicados, actuó para frenar el nombramiento legítimo de Roberto Romero. Incluso, se acusa que Arauz elaboró preguntas diseñadas para perjudicar al candidato legalmente electo, marcando su implicación en el caso denominado Ligados.
3. Manipulación del concurso para Contralor General del Estado
La investigación incluye la acusación de que se favoreció a Juan Falconí Puig, candidato supuestamente afín al correísmo. Audios de Verduga revelan que, al no alcanzar la puntuación necesaria en el examen, se habría manipulado el resultado. En este contexto mencionaron: “Le sacaron el examen, volvieron a poner uno con las respuestas correctas… el otro lo quemaron”. Esto es un claro ejemplo del impacto del caso Ligados.
La acusación trasciende lo individual: ¿El correísmo como GDO?
Lo que más inquieta de este caso es su dimensión política. Según analistas, al acusar a Arauz de asociación ilícita por liderar una operación sistemática de control institucional, la Fiscalía estaría posicionando al correísmo como un grupo de delincuencia organizada (GDO). Es decir, más allá de actos aislados de corrupción, se trataría de una estructura con jerarquía, roles definidos y fines delictivos. Esto es central en la narrativa del caso Ligados.
Este señalamiento podría tener repercusiones graves para el movimiento Revolución Ciudadana, y en especial para sus líderes históricos. Uno de ellos es el expresidente Rafael Correa, actualmente prófugo en Bélgica.
¿Y ahora qué sigue?
Andrés Arauz enfrenta cargos formales y medidas cautelares. Actualmente reside en México, y su comparecencia ante la justicia ecuatoriana está en duda. Por su parte, Esther Cuesta y Raúl González deben presentarse periódicamente ante la autoridad judicial. De esta manera, el escenario del caso Ligados se complica.
El caso Ligados sigue en etapa de investigación, pero ya ha puesto nuevamente en el centro del debate público la legitimidad del CPCCS. También la manipulación de los concursos públicos y la influencia política que el correísmo aún mantiene en ciertas instituciones del Estado.
Fuente: Diario Expreso
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