DOBLE DESTINO PARA EL ECUADOR SIN NARCOESTADO
Si el 85% de las mercancías en el mundo se transportan por mar; si tenemos 640 Km. de costa, frente a un archipiélago propio que se encuentra a 1000 Km. de distancia; si poseemos una superficie de 25’637.000 Ha. de las cuales solo 4’872.000 están cultivadas, lo que representa el 19% de nuestro territorio; los ecuatorianos somos una potencia marítima y agrícola, por destino natural.
Ello nos permite controlar, gobernar y manejar nuestro océano a través de nuestros puertos, como una inconmensurable vía de transporte.
Para desarrollarnos, debemos oponernos a que el narcoestado ladrón siga existiendo, nos expolie con requisitos, permisos, autorizaciones, matrículas, impuestos, para sostener un supuesto «estado de bienestar» que comporta sembrar votos, vagancia, delincuencia, a través de la creación de derechos, bonos, subsidios y burocracia que desestimulan el emprendimiento, la inversión, lo cual deteriora la productividad.
Además, en el narcoestado ladrón no hay instrucción, sino adoctrinamiento, orientado a generar burócratas serviles, acomodaticios.
Tenemos que destruir el narcoestado oclocleptocrático, insertar desde el nivel preescolar mentalidad creativa, inventiva, comercial, patriótica, libertaria.
Debemos construir excelentes puertos y carreteras. Hay que formar a nuestra gente en negocios internacionales, estimular la iniciativa privada, el emprendimiento, que opten por la marina mercante, por la agroindustria, por el mejoramiento pecuario, por la marina de guerra, para proteger nuestras grandes avenidas comerciales marítimas.
Nuestra mirada debe ser a la producción marítima y agropecuaria, orientada al comercio internacional. Para desarrollar esta idea requerimos menos Estado, menos requisitos, impuestos, restricciones, porque fomentan la extorsión, la coima, la putrefacción.
Menos Estado significa más libertad, más riqueza, ello permite bajar índices de corrupción y pobreza.
Fuente: La Nación
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