SER PATRIOTA
Dios es padre, patria y patrimonio.
De la tierra de los padres proviene el concepto de patriotismo, que es el resultado de la virtud de honrar al padre y a la madre; la «virtus», la fuerza de enaltecer a la «terra patrum», a la tierra de los padres.
Por tanto, el padre junto con la madre, son los generadores del concepto de familia natural, en la que el padre propicio, con su actitud, la madurez de las personas, en ese núcleo de la sociedad.
Siguiendo el curso de esta reflexión, el patrimonio es el resultado del derecho natural a la propiedad privada y a la transmisión de la propiedad espiritual: lengua, cultura, historia, tradiciones, religiosidad.
En consecuencia, nos corresponde oponernos a políticas estatalistas de confiscación de nuestros ahorros, a través de impuestos, tasas, permisos, matrículas, certificados, que están orientados a empobrecernos, con el pretexto de «financiar obra pública», para volvernos dependientes de la nueva religiosidad, el sometimiento al Estado, la pérdida de la libertad, a cambio del asistencialismo público que coarta la iniciativa, el espíritu emprendedor, instaura corrupción, torna parásitos a quienes debería propiciar herramientas para su desarrollo.
En conclusión: si eliminas a Dios y lo cambias por el «padre Estado», te transformas en paria, un esclavo que engrosa el estercolero de la humanidad.
Fuente: La nación
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