La nueva serie American Love Story, creada por Ryan Murphy, ha generado una intensa conversación entre críticos, seguidores del vestuario de época y admiradores de Carolyn Bessette-Kennedy. Conocido por su prolífica producción en el género true-crime y el drama estilizado, Murphy se atreve ahora con una historia profundamente íntima: la relación entre John F. Kennedy Jr. y Bessette-Kennedy.
Desaciertos en vestuario y ambientación
Desde el primer vistazo al elenco y la vestimenta, publicado en Instagram, surgieron observaciones inmediatas. Aunque Paul Kelly y Sarah Pidgeon evocan físicamente a la icónica pareja de los años 90, la ejecución del vestuario ha sido cuestionada. Los atuendos presentados en American Love Story parecen imitaciones modernas, carentes de la autenticidad que caracterizaba el estilo minimalista y estructurado de Bessette-Kennedy.
Prendas como pantalones cigarro demasiado cortos, chaquetas rígidas o accesorios mal utilizados, como un bolso Hermès carente de uso visible, denotan una estética superficial. En lugar de representar fielmente la esencia de diseñadores como Calvin Klein, Prada o Yohji Yamamoto, el resultado visual recuerda a tiendas fast fashion como Zara o Mango.
Una interpretación cuestionable del estilo de CBK
El cabello también ha sido tema de debate. El color platinado mostrado en la serie dista del tono «buttery-blonde» logrado por Brad Johns mediante la técnica de «chunking». Este detalle, aparentemente menor, afecta considerablemente la percepción visual y temporal del personaje en American Love Story.

Legado visual e interpretación moderna
Lo que hizo única a Bessette-Kennedy fue la capacidad de comunicar identidad a través de su vestimenta. Cada prenda contaba una historia, transmitía inspiración y reflejaba autenticidad. En American Love Story, sin embargo, se percibe una falta de conexión con ese legado estético. A pesar de que diseñadores y estilistas clave de la época aún viven, la producción optó por una representación que muchos consideran genérica.
Si bien el propósito de Murphy era rendir homenaje, sus elecciones estilísticas han generado el efecto contrario: una audiencia crítica que señala inconsistencias importantes en la recreación de un ícono de la moda y cultura estadounidense.
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Fuente:
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