En la majestuosa ciudad de Quito, la gestión del agua potable es una labor continua, en la que participan diversos actores comprometidos con la preservación de este recurso fundamental. Desde los páramos andinos hasta los hogares capitalinos, el trayecto del agua constituye un fascinante viaje que merece ser explorado en su totalidad.
Situados a 3.900 metros sobre el nivel del mar, los páramos andinos representan el punto inicial del recorrido del agua destinada a abastecer a Quito. Estas áreas son vitales, ya que albergan el 83% del agua que se distribuye en la ciudad, mientras que el 17% restante proviene de diversas fuentes, como ríos, lagos, arroyos, embalses y pozos. La protección de estos ecosistemas acuíferos es una tarea esencial llevada a cabo por la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps-Agua de Quito), en colaboración con el Fondo para la Protección del Agua (Fonag), habiéndose logrado la recuperación de 44.418 hectáreas de páramos hasta la fecha.
Una vez captada, el agua es conducida a través de extensas redes de tuberías hasta las plantas de tratamiento de agua potable. Durante este trayecto, Agua de Quito aprovecha la topografía del terreno para generar más de 200 megavatios hora (MWh) de energía hidroeléctrica.
La ciudad cuenta con cinco sistemas principales de agua potable, respaldados por seis centrales y microcentrales hidroeléctricas, así como 21 plantas de tratamiento y 388 tanques de distribución de agua tratada, con una capacidad combinada para dispensar 7.680 litros por segundo. El proceso de potabilización sigue rigurosas etapas, como la coagulación, filtración y cloración, asegurando así la conformidad del 100% con la normativa INEN 1108 en términos de calidad del agua.
Una vez tratada, el agua potable es transportada a través de tuberías de transmisión hasta los tanques de almacenamiento y distribución, para luego ser canalizada a los hogares del Distrito Metropolitano de Quito mediante una red secundaria, generalmente de PVC, que cubre una extensión de 7.500 kilómetros.
Pero el ciclo del agua no concluye aquí. Con el objetivo de cerrar este ciclo de manera responsable, la Epmaps ha implementado el Programa de Descontaminación de los Ríos San Pedro, Machángara y Monjas, que atraviesan la ciudad. Actualmente, existen 12 Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), que en conjunto alcanzan una cobertura del 3,42%. No obstante, para alcanzar el 100% de tratamiento, se requiere la construcción de 23 PTAR adicionales, incluyendo tres grandes plantas: Quito, Calderón y Río Monjas, así como 20 instalaciones más pequeñas en las parroquias rurales.
Este recorrido del agua en Quito refleja el compromiso continuo de la ciudad con la preservación y el acceso sostenible al agua potable, asegurando un recurso vital para las generaciones presentes y futuras.
Fuente:
prensa.ec
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