Una vía estratégica que sufre una profunda decadencia
La avenida 10 de Agosto de Quito atraviesa una crisis alarmante que se manifiesta a lo largo de sus más de siete kilómetros. Esta arteria vital, que conecta el norte con el centro de la capital ecuatoriana, ha dejado de ser un referente comercial y urbano, para convertirse en símbolo de abandono, inseguridad y desinversión.
Edificios abandonados, fachadas grafiteadas, terrenos baldíos y una alarmante cantidad de letreros de “Se vende” y “Se arrienda” dan cuenta de la transformación negativa de esta zona. Durante un recorrido, se evidenció el estado crítico que enfrenta la avenida 10 de Agosto de Quito, donde una inercia estructural inquietante ha reemplazado al dinamismo urbano.

Negocios que resisten y sectores que colapsan
Aunque existen tramos con actividad, como el comprendido entre la avenida de la Y y Naciones Unidas, donde aún funcionan hospitales, instituciones educativas y oficinas, el panorama general es desolador. El caso del edificio Electro Ecuatoriana, con más de 12 pisos, es paradigmático: su fachada emana olores fétidos porque muchas personas lo utilizan como baño público, lo que aleja a los peatones y deteriora aún más la imagen del sector.
Hacia el sur, el estado de abandono se intensifica. Inmuebles clausurados, ventanas rotas o cubiertas, y estructuras deterioradas revelan el declive. Muchos espacios han sido transformados en parqueaderos informales o lavadoras de autos, lo que no contribuye a la recuperación del área.
Inseguridad en la avenida 10 de Agosto de Quito
Comerciantes como María, propietaria de un micromercado, afirman haber sido víctimas de robos constantes. La inseguridad en la avenida 10 de Agosto de Quito ha generado temor entre los vecinos, quienes prefieren no denunciar por miedo a represalias. La presencia policial es mínima, permitiendo que la delincuencia campee con impunidad.
Los negocios de ropa, artículos para el hogar y tiendas de comestibles luchan por sobrevivir. Según testimonios de comerciantes, las ventas han caído estrepitosamente y el cierre parece inminente si no hay medidas urgentes.
Proyectos sin resultados concretos
En la avenida 10 de Agosto de Quito se localizan dos edificaciones emblemáticas que reflejan la parálisis institucional: la exestación norte del Trolebús y el antiguo edificio del Ministerio de Finanzas. Ninguno cuenta con una fecha de reactivación oficial, lo que limita cualquier posibilidad de revitalización urbana.
El proyecto Quitopía, que se desarrollará en el sitio de la exestación, contempla espacios culturales, parques y zonas tecnológicas. No obstante, su ejecución recién iniciará en 2026 y aún no se adjudica la obra.
Iniciativas urbanísticas en espera
El Corredor Metropolitano, ideado por el urbanista Fernando Carrión, fue planteado como una solución estructural. Esta propuesta pretendía conectar las avenidas Galo Plaza, 10 de Agosto y Pedro Vicente Maldonado, en un circuito de 50 km. Se trataba de un plan integral para incentivar la ocupación responsable del suelo, mejorar servicios y rehabilitar edificios.
Carrión sostiene que el abandono de esta vía está ligado a la pérdida de funciones estratégicas, como la salida del antiguo aeropuerto y el traslado de entidades gubernamentales. Advierte que, sin acciones inmediatas, la avenida 10 de Agosto de Quito seguirá su descenso hacia el colapso urbano definitivo.
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