El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, señaló que el dólar estadounidense dejará de ser la moneda de referencia en el comercio internacional. Advirtió que este proceso “no tiene vuelta atrás”. Durante la rueda de prensa tras la cumbre de los BRICS realizada este lunes en Río de Janeiro, Lula explicó que aunque es complejo modificar estructuras vigentes durante décadas. Sin embargo, es imprescindible que el mundo encuentre una manera de comerciar sin depender exclusivamente del dólar.

“Tenemos la responsabilidad de hacer eso con mucho cuidado. Nuestros bancos centrales tienen que discutirlo, pero es algo que ocurrirá gradualmente hasta consolidarse”, sostuvo Lula. Él reafirmó el compromiso de Brasil y de los países que integran los BRICS en este cambio estructural.
La idea de una moneda de los BRICS: un proyecto en desarrollo
El bloque de economías emergentes está conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Este bloque fue ampliado recientemente con nuevos miembros. Mantiene en su agenda crear una moneda propia para transacciones comerciales y financieras. Este plan busca facilitar el intercambio entre los países, sin usar el dólar estadounidense como intermediario. Esto representaría un cambio significativo en el sistema financiero global.
Si bien los detalles técnicos sobre la creación de esta moneda aún están en discusión entre los bancos centrales de los países miembros. La intención común es fortalecer los sistemas de pagos alternativos e impulsar el uso de monedas locales. También se pretende reducir la exposición a sanciones financieras o fluctuaciones derivadas de la hegemonía del dólar.
Antecedentes de comercio en monedas locales en Sudamérica
Lula recordó que en 2004 Brasil y Argentina implementaron un sistema de comercio bilateral usando sus monedas locales. Esto se hizo con el objetivo de disminuir costos y riesgos asociados a la conversión de divisas y a la volatilidad del dólar. Este antecedente, según Lula, demuestra que es viable establecer mecanismos de comercio más independientes del dólar. Así se abre la puerta a fortalecer sistemas regionales de pagos que puedan integrarse a una futura moneda BRICS.
Rusia y China: actores clave en la desdolarización
Rusia y China han impulsado con fuerza iniciativas para reducir la dependencia del dólar en los últimos años. Esto se debe a tensiones geopolíticas y sanciones que afectan sus economías. Ambas naciones han incrementado el comercio bilateral en yuanes y rublos, además de acumular reservas en oro y reducir sus tenencias en dólares.
La propuesta de una moneda BRICS se alinea con los intereses de Moscú y Pekín. Así, se busca construir un sistema financiero multipolar que refleje el peso económico de los países emergentes. Esto podría modificar de forma gradual la estructura de las transacciones comerciales internacionales.
Un proceso gradual pero inevitable
Expertos señalan que, si bien la desdolarización de la economía global no ocurrirá de inmediato. El fortalecimiento de acuerdos regionales y sistemas de pago alternativos indica una tendencia en la diversificación de las monedas. Los BRICS, con su creciente influencia en la economía global, consideran que impulsar una moneda propia o sistemas alternativos fortalecerá la soberanía financiera de sus miembros. Además, reducirá la vulnerabilidad ante fluctuaciones del dólar y políticas monetarias de Estados Unidos.
Retos en la creación de la moneda BRICS
La propuesta enfrenta desafíos importantes. Estos incluyen la integración de sistemas financieros y la definición de mecanismos de respaldo de la moneda. Esto podría incluir canastas de divisas o commodities. También se debe considerar la confianza de los mercados internacionales en esta nueva divisa. No obstante, el bloque considera que el avance en monedas digitales, acuerdos de intercambio de monedas locales y la voluntad política de sus miembros permitirán consolidar este proyecto en etapas. Se mantendrá su relevancia estratégica en la economía mundial.
Un escenario de cambio en la economía global
La propuesta de los BRICS para desdolarizar el comercio mundial con una nueva moneda evidencia la búsqueda de un sistema financiero más equilibrado y multipolar. Aunque el proceso será progresivo, la declaración de Lula de que “no tiene vuelta atrás” refleja la firmeza de esta agenda en un mundo que enfrenta tensiones geopolíticas. También se observa transformaciones en las cadenas de suministro globales. La mirada está puesta en cómo esta iniciativa impactará la hegemonía del dólar y configurará las relaciones comerciales y financieras de la próxima década.
Fuente: El Universo
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