La violencia y la inseguridad creciente en varios sectores de la Costa ecuatoriana están afectando seriamente el desarrollo del año escolar 2025-2026. La asistencia escolar se ha visto afectada ya que cinco unidades educativas han optado por la virtualidad y el ausentismo se ha disparado, principalmente en los distritos con mayores índices de violencia, como Nueva Prosperina y Durán.

Crece la Ausencia Escolar por Temor a la Violencia
La Unión Nacional de Educadores (UNE) denuncia que cerca del 60% de los estudiantes matriculados en algunas escuelas de los sectores más violentos no están asistiendo a clases presenciales. Los padres, preocupados por la inseguridad que rodea a sus hijos, prefieren mantenerlos en casa. Gabriela Menéndez, presidenta de la UNE en Guayas, señaló que esta es una situación inédita que no se había visto en años anteriores.
“Es la segunda semana de clases y no se integra el 100% de los estudiantes. Están asignados, pero no asisten por el tema de la inseguridad”, afirmó Menéndez.
Zonas de Mayor Riesgo: Nueva Prosperina y Durán
Las zonas de Nueva Prosperina, en el noroeste de Guayaquil, y Durán son las más afectadas. En estos lugares la violencia es una constante, con balaceras, asesinatos y amenazas de extorsión que hacen imposible la normalidad educativa.
Según datos oficiales, Nueva Prosperina registra 324 muertes violentas en lo que va del año, ubicándose como una de las zonas más peligrosas del país, con barrios como Monte Sinaí y Flor de Bastión donde la violencia es diaria.
Clases Virtuales en Cinco Planteles Prioritarios
Aunque la UNE aclara que no solicitó virtualidad, algunos planteles han debido adoptar esta modalidad debido a las amenazas y ataques. Las escuelas Fermín Vera Rojas, Dolores Veintimilla y Arnulfo Jaramillo Sierra, todas en Nueva Prosperina, junto con Jaime Hurtado González y Matilde Hidalgo en Durán, están ofreciendo clases virtuales para proteger a sus comunidades educativas.
Incidentes Violentos Cerca de Escuelas Alarman a la Comunidad
En lo que va de mayo de 2025 se han reportado varios incidentes que han obligado a suspender clases o modificar la modalidad educativa. El 14 de mayo, un doble asesinato ocurrió a escasos metros de la escuela Nueva Esperanza, lo que generó pánico y llevó a la suspensión temporal de actividades.
El 1 de mayo, tres docentes fueron secuestrados en Nueva Prosperina, aunque posteriormente liberados. Esta situación generó la suspensión temporal de las clases presenciales en el sector y la adopción de la virtualidad para garantizar la seguridad.
Amenazas y Extorsiones a Instituciones Educativas
No solo los estudiantes y profesores son víctimas de la inseguridad. En algunos casos, las unidades educativas han sido blanco de balaceras como forma de presión para el pago de extorsiones, conocidas como “vacunas”. La escuela Manuel Wolf Herrera sufrió uno de estos ataques, lo que ha generado temor y preocupación en toda la comunidad educativa.
Medidas Precautorias y Demandas del Magisterio
Los docentes han adoptado medidas extremas para cuidar su integridad, como salir en grupos para desplazarse o pedir ayuda para el transporte. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica y el gremio ha pedido declarar la emergencia educativa en estas zonas para adoptar medidas urgentes.
Gabriela Menéndez advierte que, a diferencia de la pandemia cuando los maestros iban a buscar a los estudiantes para reducir el ausentismo, la inseguridad actual hace que esta práctica sea inviable.
Impacto en la Educación y el Futuro de los Niños
La inseguridad no solo afecta la asistencia, sino también el rendimiento y el bienestar emocional de los estudiantes. La deserción escolar podría aumentar si no se implementan soluciones efectivas para garantizar la seguridad en los distritos más violentos.
La UNE prevé que las cifras de ausentismo se duplicarán si no se actúa con rapidez y coordinación entre autoridades educativas y de seguridad.
La inseguridad en sectores como Nueva Prosperina y Durán está poniendo en riesgo el derecho a la educación de miles de niños y jóvenes en Ecuador. La virtualidad se ha convertido en una medida temporal para salvaguardar vidas, pero no es una solución definitiva. Es urgente que el gobierno y las autoridades correspondientes actúen para garantizar un entorno seguro y propicio para el aprendizaje.
Fuente:
Primicias.ec
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