Durante el regreso a clases, resulta fundamental considerar el examen visual como una prioridad para niños y adolescentes. Dado que la mayoría de la información académica se presenta de manera visual, contar con una buena salud ocular incide directamente en el rendimiento escolar. De acuerdo con la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB), aproximadamente 450 millones de menores en el mundo presentan afecciones visuales que requieren atención profesional, y cerca de 90 millones padecen algún tipo de pérdida visual. Esta realidad pone en evidencia la urgente necesidad de realizar un examen visual oportuno.
Importancia del examen visual en el entorno escolar
En el contexto escolar, los estudiantes se enfrentan diariamente a exigencias visuales intensas como leer, escribir o usar dispositivos electrónicos durante periodos prolongados. Afecciones como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía, si no se detectan a tiempo, pueden interferir con el proceso de aprendizaje. Según Kléber Farías, especialista de Artefacta Óptica, el examen visual anual permite identificar de manera temprana cualquier irregularidad que pueda estar afectando el desempeño académico. Síntomas como dolores de cabeza frecuentes, fatiga ocular o desatención en clase, suelen estar vinculados con deficiencias visuales no diagnosticadas.

¿Cuándo y dónde acudir para un examen visual?
Es recomendable realizar un Examen visual una vez al año, preferiblemente antes del inicio del ciclo escolar. Las ópticas certificadas, como Artefacta Óptica, cuentan con tecnología avanzada y profesionales calificados que garantizan un diagnóstico preciso. Además, ofrecen asesoría personalizada para elegir lentes correctivos cuando sea necesario, asegurando así el bienestar integral del estudiante.
Recomendaciones para proteger la salud ocular
Además del examen visual, adoptar ciertos hábitos favorece la salud visual durante la etapa escolar:
- Aplicar la regla 20-20-20 para mitigar la fatiga ocular.
- Asegurar una iluminación adecuada en el área de estudio.
- Reducir el tiempo de exposición a pantallas digitales.
- Incluir alimentos ricos en vitamina A y C en la dieta.
Representa una acción preventiva y esencial para el desarrollo académico y personal de niños y adolescentes. Aprovechar el regreso a clases para implementar estas medidas puede marcar una diferencia significativa en su futuro educativo.
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