El 1 de enero de 2025, la comunidad de Las Malvinas vivió un día marcado por el dolor y la indignación. Durante el sepelio de los cuatro menores asesinados, el grito de justicia resonó con fuerza. «¡Queremos justicia!», «¡Justicia!» y «¡Militares criminales!» fueron algunas de las consignas que miles de personas corearon mientras acompañaban los féretros hacia su último descanso.
El velatorio y homenaje a los menores
Desde la noche del 31 de diciembre de 2024, los cuerpos de los menores fueron velados en sus hogares, donde amigos, familiares y vecinos se unieron para rendirles tributo. En la casa comunal del barrio Las Malvinas, se celebró un emotivo homenaje, que incluyó música y marimbas del grupo Afromestizo Candente. Fue una muestra de apoyo y solidaridad hacia las familias, en medio de un sentimiento generalizado de tristeza y frustración.
El dolor y la marcha hacia el cementerio Ángel María Canals
El cortejo fúnebre comenzó a las 15:00 horas, partiendo desde los domicilios de las víctimas hacia el cementerio Ángel María Canals, ubicado en el Suburbio. Aunque inicialmente se había previsto el uso de vehículos, decenas de personas decidieron caminar los ocho kilómetros que separan las casas del camposanto. La multitud, compuesta por motociclistas, vehículos y transeúntes, avanzaba al ritmo de bocinas y sirenas, mientras coreaban consignas de justicia.
El dolor de las madres y abuelas
Al llegar al cementerio, la escena fue desgarradora. Las madres y abuelas de los menores lloraban desconsoladas, mientras los féretros eran colocados en las bóvedas de cemento. Ismael y Josué Arroyo, estudiantes del colegio Francisco de Orellana y amantes del fútbol, fueron despedidos entre lágrimas por sus compañeros de equipo. La despedida fue tan emotiva que el dolor quedó palpable en cada rincón del barrio.

El lamento en las redes sociales
En redes sociales, el padre de Josué e Ismael expresó su profundo dolor: “Los voy a extrañar siempre, mis hijos”. La comunidad de Las Malvinas sigue de luto, mientras el clamor de justicia no cesa. La tragedia que envolvió a estas familias ha dejado una marca indeleble en la memoria colectiva del barrio.
La tragedia: ¿qué ocurrió con los menores?
Los menores, Ismael, Josué, Nehemías y Steven, de entre 11 y 15 años, fueron detenidos el 8 de diciembre de 2024 en circunstancias aún no claras. Una patrulla militar los interceptó en Las Malvinas, pero, según denuncias, los abandonó en la zona de Taura. Posteriormente, sus cuerpos calcinados fueron encontrados el 24 de diciembre en el cantón Naranjal, Guayas. Tras pruebas de ADN, las autoridades confirmaron la identidad de las víctimas el 31 de diciembre, 23 días después de su desaparición.
Responsabilidad militar y exigencia de justicia
El caso de los cuatro menores ha conmocionado al país. En relación con los hechos, 16 militares de la Fuerza Aérea están en prisión preventiva por el delito de desaparición forzada. Sin embargo, las familias y la comunidad exigen que el crimen no quede impune. El clamor de justicia en Las Malvinas sigue siendo fuerte, y la exigencia de respuestas ante este acto de violencia no se detiene.
La tragedia de los menores de Las Malvinas es un dolor que atraviesa a toda la comunidad, pero también es un grito de justicia que resuena en cada rincón del país. La esperanza de que se haga justicia sigue viva, mientras las familias esperan que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
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