El vínculo energético entre Colombia y Ecuador ha experimentado un cambio significativo desde el 29 de marzo de 2024. Colombia ha tomado medidas que van más allá de simplemente reducir la venta de electricidad a su vecino del sur. La apertura de la principal línea de conexión en ambos países significa que ahora están desconectados, lo que presenta riesgos técnicos sustanciales para Ecuador. Esta línea no solo facilita la importación de electricidad, sino que también desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la estabilidad del sistema eléctrico ecuatoriano, especialmente en situaciones de crisis, como las fallas en la hidroeléctrica más grande de Ecuador, Coca Codo Sinclair.
La interrupción en la conexión con Colombia aumenta considerablemente la vulnerabilidad de Ecuador ante posibles apagones generales. Las dos naciones han estado intercambiando electricidad a través de dos líneas de interconexión internacional con cuatro circuitos a nivel de 230 kilovoltios, con una extensión total de 272 kilómetros. Estas líneas, que conectan las subestaciones Pomasqui en Ecuador y Jamondino en Colombia, representan un elemento vital en la infraestructura energética de ambos países.
El cierre unilateral de la línea de 230 kilovoltios por parte del operador nacional de electricidad de Colombia, XM, a partir del 19 de abril de 2024, ha desencadenado preocupación y debate. Gabriel Secaira, consultor eléctrico, señala que, si bien existen acuerdos bilaterales para el suministro de energía, la acción de Colombia de desconectar la red va más allá de simplemente dejar de vender electricidad, y podría constituir una violación de dichos acuerdos.
El ministro de Energía de Ecuador, Roberto Luque, ha expresado su preocupación por esta situación y ha instado a Colombia a restablecer la conexión. Luque destaca la importancia de esta conexión para Ecuador, especialmente en momentos en que la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair enfrenta problemas no programados debido a altos niveles de sedimentos. La falta de acceso a la electricidad de Colombia en tales circunstancias aumenta el riesgo de apagones en el sistema eléctrico nacional de Ecuador.
Las conversaciones entre los operadores de energía de ambos países están en marcha para resolver esta situación lo antes posible. Mientras tanto, la sequía prolongada ha obligado a Colombia a restringir aún más la venta de electricidad a Ecuador, exacerbando la presión sobre los sistemas eléctricos de ambos países. Esta crisis energética ha llevado a un aumento significativo en los costos de importación de electricidad para Ecuador, lo que a su vez ha resultado en cortes programados de luz debido a la falta de mantenimiento adecuado de las plantas termoeléctricas en el país.
Fuente:
www.primicias.ec
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