A medida que Quito se prepara para la tercera inauguración del Metro en cinco semanas, expertos en movilidad recuerdan la importancia de garantizar la adaptación de la comunidad a este sistema.
En cinco semanas se realizará la tercera inauguración del Metro, un sistema que se inició hace 10 años con la idea de transformar la movilidad urbana de Quito, lo cual también requiere inversión en la denominada Cultura Metro, para la adaptación de la comunidad al nuevo sistema.
El proyecto, a cargo de la Empresa Pública Metro de Quito, se inició hace 10 años en la administración de Augusto Barrera. La mayor parte de la infraestructura se construyó y fue inaugurada en la administración de Mauricio Rodas, quien no terminó la obra pero hizo una inauguración simbólica.
Luego, el Metro (que tenía un avance del 97%) se paralizó y estuvo cerrado en la administración de Jorge Yunda. Posteriormente, se volvió a inaugurar y operó temporalmente en la época de Santiago Guarderas, pero se volvió a cerrar por fallas operativas.
En todo ese tiempo, el impulso de la Cultura Metro quedó como tarea pendiente y ahora, el actual alcalde, Pabel Muñoz, volverá a inaugurar este sistema que sigue generando expectativa entre los quiteños. Ellos esperan que la ciudad tenga un transporte eficaz, cómodo y seguro.
Con el tiempo encima, expertos en movilidad, como Alejandra Onofa, especialista en relacionamiento y asuntos públicos; y Juan Arias, experto en movilidad, anticipan que eso solo sucederá si la población se adapta a la también esperada «Cultura Metro«.
Para el Metro de Quito lo que la ciudadanía quiere, según sus estudios, es el inicio de la operación. Además de esto, también buscan eficiencia, comodidad y seguridad.
Por su parte el metro asegura que tienen otros beneficios que son complementarios y que no están en el radar de quiteños y quiteñas pero que se está viendo que ya son reales.
Esto es el cambio del uso del suelo, los nuevos espacios de desarrollo económico y por otro lado nuevas rutas de turismo.
Lo que se espera
Según Onofa, la comunidad quiteña busca un sistema de transporte que sea ágil, seguro, accesible y eficiente.
El Metro, por su naturaleza, está diseñado para transportar a grandes cantidades de personas a lo largo de distancias considerables, lo que es un cambio trascendental en la movilidad urbana.
Para Arias, los usuarios del transporte público buscan sistemas que sean seguros, rápidos, confiables y cómodos.
Arias aclara que los sistemas metro presentan dos características sobresalientes: su derecho vial segregado (que no comparten vías con otro transporte) y su gran capacidad de carga, lo que se traduce en viajes rápidos y sin demoras.
Según el experto, el Metro de Quito, con 15 estaciones distribuidas aproximadamente cada 1.3 kilómetros, promete ser eficiente para viajes de larga distancia, entre El Labrador, en el norte de la ciudad y Quitumbe, en el sur.
Nuevos comportamientos
Para Onofa, la inversión en la ‘Cultura Metro’ garantizará que los ciudadanos se adapten a las nuevas formas de movilidad de manera sostenible, limpia y segura.
Agrega que esto implica cambiar el comportamiento de las personas y poner la infraestructura al servicio de la ciudadanía.
La conciencia ciudadana es igualmente crucial, y Onofa subraya la importancia de trabajar con líderes de opinión y actores de la ciudad, incluyendo cámaras, gremios y académicos.
La comunicación, para la experta, es un pilar en este proceso, y todas las partes interesadas deben comunicar un mensaje unificado sobre la responsabilidad compartida de mantener y utilizar el Metro de manera adecuada.
“La Cultura Metro también abarca cuestiones de seguridad y calidad de vida. Esto incluye temas como prevenir la evasión de tarifas y garantizar que el sistema sea seguro y respetuoso para todos los usuarios”, asegura.
Onofa destaca que el proceso de construir una Cultura Metro es continuo, y sugiere trabajar con escuelas y colegios, ya que los estudios indican que los principales usuarios del sistema serán aquellos que se desplazan por motivos de trabajo o estudio.
Además, respetar el espacio y los derechos de otros usuarios es otro componente esencial.
Desde la perspectiva de Arias, la cultura de los usuarios del Metro es un aspecto que requiere un plan a largo plazo y que debe incluir la educación de los usuarios sobre las normas de uso del sistema, como la compra de boletos y el uso de validadores de ingreso, así como el comportamiento adecuado en las plataformas y trenes.
Arias también considera fundamental informar a los usuarios sobre cómo se conecta el Metro con los sistemas de autobuses, ya que ambos son complementarios entre sí.
En este sentido, asegura que la cultura de los usuarios del transporte público debe abordarse de manera integral, considerando tanto el sistema de buses como el del Metro.
Para Arias, las campañas de comunicación se deberían centrar en informar a los usuarios sobre puntos clave como:
Las paradas del sistema, horarios de operación, procedimientos para la compra de boletos, buenas prácticas en las plataformas y trenes, protocolos de seguridad en caso de accidentes o imprevistos, y cómo cuidar la infraestructura de las estaciones y los trenes. (EC)El Metro de Quito generará un cambio en el uso del suelo, espacios de desarrollo económico y nuevas rutas de turismo. Esto afirma el Metro de QuitoEl Metro debería llevar hasta 1.200 personas en cada vagón.
Fuente: La hora
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