Durante una entrevista con el canal informativo NTN24 durante su participación en la Asamblea anual de las Naciones Unidas, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, reafirmó que no lamenta haber decretado la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria a elecciones anticipadas. Argumentó que esta decisión fue tomada para evitar el retorno del correísmo al poder, lo que, según él, habría resultado en ataques contra la prensa, la ciudadanía y los movimientos sociales.
Lasso destacó: “No me arrepiento. Prefiero haber gobernado seis meses en el purgatorio que dos años en el infierno”. Hizo referencia al constante conflicto que vivió mientras la Asamblea estuvo bajo la influencia de grupos afines al correísmo y al Partido Social Cristiano.
Además, el presidente señaló que Ecuador tiene una “mala clase política”, encabezada por el expresidente Rafael Correa y el líder del Partido Social Cristiano, Jaime Nebot, quienes, según Lasso, han causado un daño significativo al país.
Lasso subrayó que no se puede esperar una buena conducta por parte del expresidente Correa, quien está prófugo de la justicia, pero también criticó a la alianza de la derecha por unirse en un intento de destituir a un presidente democráticamente electo, lo que, en su opinión, demuestra falta de respeto por el país.
El presidente expresó su confianza en que la sociedad ecuatoriana no optará por un sistema totalitario, ya que, en su opinión, la década de gobierno de Correa dejó suficientes razones para rechazar un sistema corrupto y autoritario.
Lasso también habló de los desafíos que enfrentará en el año y medio restante de su mandato, incluyendo el fenómeno de El Niño, el impacto fiscal de la consulta popular que rechazó la explotación de Yasuní y la lucha contra la delincuencia organizada y el narcotráfico.
Finalmente, destacó que su administración dejará las finanzas públicas en mejores condiciones que las que heredó, con un déficit fiscal reducido y un país que está experimentando crecimiento económico, creación de empleo y avances en la lucha contra la desnutrición infantil crónica. También mencionó la estrategia de fortalecimiento de las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para combatir el terrorismo, la delincuencia organizada y la corrupción.
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